Ramas y pasto quemados, cubiertos por la ceniza, es el panorama que predomina en el sector oriental del parque Metropolitano, en Quito, a consecuencia del incendio que se originó el pasado 22 de septiembre y que duró dos días.

El viernes último el lugar fue reabierto parcialmente en las zonas en donde no llegaron las llamas. Sin embargo, en el ingreso existe una rigurosa vigilancia con policías nacionales y metropolitanos, además de guardabosques. Por aire, helicópteros sobrevuelan la zona.

Ni el público, ni los deportistas pueden acercarse al área del siniestro y solo deben caminar por los límites de seguridad establecidos.

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Los controles se extienden en el acceso principal para el barrio La Comuna-Miraflores. Solo pueden ingresar a pie.

En la administración del parque no se dio declaraciones, pero se anticipó que esta semana habrá un informe de los daños ocasionados.

Fuentes del Municipio indicaron el pasado viernes que está en marcha un proceso de remedición y restitución de la cubierta vegetal a través de la reforestación.

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Según autoridades, el siniestro habría sido provocado y afectó aproximadamente 38 hectáreas de las más de 400 de extensión que tiene el parque.