Los reos muertos en una reyerta en el principal penal de Bolivia abarrotan, este sábado, los pisos y pasillos de una morgue, mientras familiares esperan para llevarse los cuerpos y darles sepultura un día después de la peor matanza en una cárcel del país, que dejó 31 muertos y 60 heridos por pugnas de poder entre bandas rivales.