El gobierno egipcio informó que 173 personas murieron y unos 1.330 resultaron heridas en los disturbios entre el viernes y las primeras horas de ayer en la mañana tras las protestas del llamado ‘Viernes de la Ira’.

Según las autoridades, desde la irrupción en las acampadas islamistas del pasado miércoles han muerto 800 personas, aunque, según los Hermanos Musulmanes, las víctimas se cuentan por miles, de las cuales 200 habrían fallecido en las últimas 24 horas.

La policía egipcia expulsó ayer por la fuerza a algunos de los islamistas atrincherados desde hace varias horas en una mezquita del centro de El Cairo, en medio de un intenso tiroteo. La policía disparaba también al aire para dispersar a residentes que se hallaban fuera de la mezquita y agredían a los islamistas, que eran extirpados uno a uno del edificio, en una plaza saturada de gases lacrimógenos.

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El gobierno consideraba la proscripción de los Hermanos Musulmanes frente a la profundización del caos.

“No estamos ante divisiones políticas, estamos frente a una guerra librada por extremistas”, dijo el asesor presidencial Mostafa Hegazy.

Si se concreta la propuesta de proscribir a los Hermanos Musulmanes, el grupo pasaría a la clandestinidad y sus miembros podrían ser arrestados en gran escala.

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La Unidad Africana llamó ayer a la contención ante las sangrientas protestas.

Con manifestaciones en varios países, islamistas condenaron la violencia en Egipto.