En la serena localidad de Nobol, en la Garza Roja, se alza una exposición que capta la esencia de la creatividad y el respeto por la naturaleza. Hasta el 21 de noviembre, se mantendrá el universo artístico de Verónica Rivas, una mujer multidisciplinar con 35 años de trayectoria, que en esta ocasión presenta Joyería Vegetal Contemporánea, una colección de 30 piezas.

Rivas, con una carrera enriquecida por la pintura, escultura, poesía y murales de gran formato, además de haber sido Miss Ecuador en 1980, ha dedicado los últimos años a investigar y revalorizar materiales y tradiciones ancestrales. Su interés por los antiguos métodos de artesanía la llevó a vivir en la península, en la Ruta del Sol, donde tras un detallado estudio de tres años y medio, empezó a trabajar con tejedoras de comunidades locales para crear joyas únicas utilizando materiales como la caña guadúa, la tagua y la toquilla.

“Mi pasión es preservar y difundir el legado de nuestra cultura y mostrar al mundo la riqueza de Ecuador a través de la joyería vegetal”, comenta Rivas, quien ha logrado proyectar su trabajo a nivel internacional, presentando sus creaciones en Europa y Estados Unidos. En cada pieza, combina técnicas tradicionales con un enfoque contemporáneo, utilizando elementos como conchas y piedras para reinventar la belleza ancestral.

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Las piezas de la exposición no solo son testimonio del ingenio artístico de Rivas, sino también del talento de las artesanas con las que colabora. “Es un intercambio enriquecedor; ellas aportan su sabiduría y yo aporto nuevas ideas. Juntas, exploramos puntos y técnicas que antes no se habían intentado”, explica la artista, subrayando el valor de este trabajo colaborativo.

Le tomó un año a la artista completar la colección. Foto: cortesía verónica rivas

La joyería de Rivas es más que un simple adorno; cada obra es una declaración de estilo, pensada para una mujer audaz, que no teme destacar. “Mis piezas son versátiles y pueden ser usadas en cualquier ocasión, incluso como elementos decorativos en el hogar”, dice Rivas. Su habilidad para transformar la toquilla, tradicionalmente asociada con sombreros y carteras, en algo precioso y cotidiano, es una de sus grandes contribuciones a la artesanía ecuatoriana. Esta colección tomó un año en completarse, con algunas piezas requiriendo hasta una semana de trabajo, dependiendo de la complejidad del diseño y los materiales.

¿Cuál es el tiempo de vida de estas joyas y cómo se deben mantener?

La durabilidad de estas obras de arte es notable, pues como señala Rivas, “con el cuidado adecuado, pueden perdurar indefinidamente, manteniendo su forma y belleza a través del tiempo”. La exposición no solo es un tributo a la habilidad y creatividad de la artista, sino también un recordatorio vivaz de la riqueza cultural y natural de Ecuador. Una invitación abierta a descubrir cómo la tradición y la modernidad entrelazadas crean algo extraordinario.