Con mucha delicadeza María Eduarda Fuentes saca de un bolso grande mallas con piedras de swarovski, lentejuelas o con otro tipo de apliques, son trajes de patinaje artístico que tiene en un espacio especial de su habitación. Cada uno es parte de una anécdota y un triunfo logrado en sus 15 años de carrera.

María Eduarda, de 23 años, empezó a patinar desde los 8 años y a participar en torneos desde los 12 años. Ella dice con entusiasmo que el patinaje artístico es su vida.

Con sus 1,62 de estatura y 115 libras de peso, se desliza con fuerza y elegancia sobre la pista usando patines de ocho ruedas. Los estilos en los que más compite son los libres, de figuras y combinados. El primero consiste en acrobacias, saltos y giros, el segundo se trata de seguir líneas marcadas en el piso, y en el último combina los dos.

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Con estos estilos ha triunfado dentro y fuera del país. Tiene más de 40 medallas de haber ganado el primer lugar. La lista de galardones es extensa y empezó en el 2004.

Con orgullo por lo que hace, dice que desde ahí comenzó a amar la competitividad, lo que la llevó a esforzarse, perseverar y rendir más en entrenamientos y torneos, aunque destaca que por encima de todo lo fundamental ha sido disfrutar lo que hace, a diario.

“Amo el patinaje porque es mi vida y me entrego con intensidad en la pista, yo no podría trabajar en una oficina, yo nací para el patinaje”, señala emocionada.

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En el ámbito internacional ganó el tercer lugar del Torneo Sudamericano, en el 2008 con el estilo combinado. En el 2009 fue campeona de los juegos Alba en la modalidad libre, en 2011 ganó el segundo puesto en el Torneo Sudamericano (sede Ecuador) en libre, y en el 2012 obtuvo el segundo lugar en el Torneo Sudamericano (Chile) en figura y tercer lugar en libre.

El año pasado quedó en la posición sexta en el ranking general del mundo que realiza la Federation Internationale Roller Sports (FIRS). “Esta nominación me llegó a la Federación Ecuatoriana de Patinaje. Ellos (Federación Internacional) suman la cantidad de torneos que un deportista ha ganado”, explica.

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Otro de sus logros además es ser parte del Grupo de Alto Rendimiento del Ministerio de Deportes, por el cual recibe un sueldo de alrededor de $ 1.000, pero a cambio de eso debe estar siempre preparada para representar al país en cualquier competencia internacional.

Es por eso por lo que sus rutinas de entrenamiento son siete horas, de lunes a sábados, el único día que descansa es el domingo. Cuando no viaja a campeonatos lo dedica a su hija Lead, de 3 años.

Su vida deportiva no solo está ligada a la práctica constante, sino también a alimentarse para fortalecer la masa muscular de su cuerpo. Aparte recibe asistencia psicológica para aprender ejercicios de concentración y confianza.

No solo se conforma con prepararse, aprender y ganar campeonatos. Dice que además está preocupada por dejar un legado.

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En Villa Club da clases a un grupo de niñas. “Hay que impulsar este deporte porque no hay tantos jóvenes que optan por practicarlo, prefieren el fútbol, el ciclismo, natación o tenis. Sin duda, ayuda a fortalecer buenos hábitos. También ha dado clases en el Comité Olímpico Ecuatoriano (COE), en el colegio Jefferson y en San Bernardo, una pista de patinaje que funcionaba al lado del Policentro.

Uno de sus sueños es tener una escuela de patinaje artístico. Su formación en esta disciplina la ha recibido en la Federación Ecuatoriana de Patinaje. De forma adicional estudia a distancia la carrera de Educación Física, en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Equipamiento
Uno de sus anhelos es llegar a sitios de escasos recursos para compartir su deporte, pero sabe que esto le va a conllevar gastos. Los patines, que incluyen la bota y el plato, que es la base donde se colocan las ruedas, para niñas cuestan entre $ 100 y $ 200 y para adultos, de $ 1.000 a $ 1.200. La bota es especial, debe ser acolchonada para que no lastime el pie y resistente, comenta.

Riesgos
Con sus manos en movimiento, levanta su dedo índice a la altura de su cara para dejar entrever que lo que va a indicar es importante y dice que uno de los temores constantes que tienen los patinadores son las lesiones en la espalda por las caídas, que a veces son inevitables durante las maniobras. (I)

Dicen de ella Es humilde, perseverante, esforzada y dedicada a entrenar, sacrificando muchas horas. Ama compartir lo que sabe. Le deseo muchos campeonatos más”.Manuela Chóez, Mamá de María Eduarda