Ella apareció en escena en el matinal En contacto, de Ecuavisa, interpretando a Joe Arroyo, como parte de un segmento de dicha producción. Bailó, gozó, bromeó y sonrió, como solo un artista logra hacerlo, en vivo, aunque por dentro su estado de ánimo sea completamente distinto. La actriz ecuatoriana Carmen Angulo dedicó su show a su sobrino Gabriel Alejandro Saritama, quien resultó herido de gravedad el pasado domingo 14 de agosto, durante el ataque con explosivos en la Décima y la H, sector del Cristo del Consuelo.

Ante el asombro de los presentadores del espacio, que desconocían la problemática familiar de Angulo, la artista dijo que se entregó con todas sus fuerzas en su actuación por todo el cariño y confianza que su sobrino ha tenido en su carrera.

“Clamo, por favor: necesitamos paz, ya no podemos más, están cayendo los justos por los pecadores. Mi sobrino lo único que hizo fue salir a comprar un caldo de salchicha, porque le encantaba, y ahora se está debatiendo entre la vida y la muerte”, reveló sobre lo ocurrido con su familiar.

Publicidad

Angulo detalla a este Diario que la dedicatoria a su sobrino se dio además por su gran cercanía con él. “Él siempre era de los que me apoyaban y me decían que mi trabajo les encantaba; que no importa cuántas veces me veía hacer lo mismo, pero que a él le encanta”, dice.

Atentado con explosivos estaba dirigido a morador del Cristo del Consuelo conocido como alias ‘Cucaracha’; ante el hecho, en Guayaquil rige desde este domingo estado de excepción por 30 días

Angulo indica que Saritama tenía por costumbre comprar en uno de los locales de comida del sector. “Él estuvo en una fiesta, y acostumbraba pasar por donde una señora de la calle 8 que vende un caldo de salchicha que es espectacular. Entonces, él con un compañero de trabajo, porque él es arquitecto, porque él ni siquiera vivía aquí, sino que vino ese fin de semana a visitar a su mamá, porque él tenía una obra en su trabajo... Él estaba con un colega del trabajo, la esposa de él y su novia. Las chicas piden el baño y ellos se sientan a esperar a que la señora les sirva el caldo para llevar. Entonces, dicen que ellos primero escucharon unas ráfagas de disparos, y la señora pide que cierren la puerta. Cuando pasa la ráfaga, él abre la puerta para subirse a su carro e irse, y ahí hay la explosión, y le impacta a él y a su colega en todo el cuerpo”, relata.

Terror en Cristo del Consuelo: explosión de gran magnitud provoca fallecidos y casas afectadas

El estado de salud de Saritama es crítico y, según la artista, es probable que pierda la visión en uno de los ojos. “Yo lo único que pido es que nos tienen inmersos en una guerra, que no es justo que las personas que no tienen nada que ver con sus problemas de drogas o territorios tengan que pagar las consecuencias del inútil Gobierno que tenemos, de la pasividad del Gobierno, de la pasividad de los militares, de los policías. No solamente mi sobrino (...), (hay) gente que está herida en el hospital Guayaquil, hay madres con sus hijos, con sus esposos; es terrible, y eso no lo están diciendo. Estamos totalmente desprotegidos. Nosotras, como madres, cada vez que un hijo de nosotros sale por la puerta, el corazón nos palpita porque no sabemos si va a regresar; nosotros mismos no sabemos qué va a pasar, y estamos totalmente sin un norte, sin quien nos proteja. Yo sí pido a toda esa gente que está con esos problemas que no metan a la gente civil, a la gente inocente”, enfatiza, preocupada.

Publicidad

“Su rostro está afectado, posiblemente pierda el ojo derecho. En su abdomen hay esquirlas de la bomba, y eso le produce sangrados”, añade.

Angulo revela además que, desde el primer día en que se hospitalizó a su sobrino, su familia se ha responsabilizado de los gastos médicos. “Desde el primer día se compra todo, desde el tubo para sacar las muestras. Mi hijo, con la mamá de él, fueron al laboratorio para que nos dieran las muestras; de ahí yo tuve que correr con esas muestras para que le saquen la sangre; de ahí tuvimos que buscar hielo para meter la sangre y que se vuelvan a llevar al laboratorio. Ellos, gracias a Dios, están en posibilidades, pero la necesidad es terrible y hay familias enteras”, expone. (I)