Las dos formas son apropiadas. Su empleo depende de la función gramatical que tenga la palabra ultravioleta. En consecuencia, si el autor del mensaje percibe que es adjetivo, debe pluralizarse para que concuerde con el sustantivo que le antecede (rayos), como en el siguiente ejemplo: Los rayos ultravioletas se descubrieron hace más de 100 años (Muy Interesante [España] 12.3.2024). En cambio, ultravioleta no se pluraliza si se considera que es un sustantivo en aposición, como en este caso: Los rayos ultravioleta son invisibles al ojo humano (El Universo [Ecuador] 27.1.2024).

El nombre ultravioleta, que se escribe unido, está constituido por el elemento compositivo ultra- (‘en grado extremo’) y por el adjetivo violeta, que consta en el diccionario académico con el sentido de ‘color morado claro, semejante al de la violeta, y que ocupa el séptimo y último lugar en el espectro luminoso’.

En el diccionario académico también figura la expresión rayos ultravioleta A, que suele alternar en el uso con UVA y rayos UVA, que son ‘rayos electromagnéticos solares cuya longitud de onda está comprendida entre 320 y 400 nanómetros, usados especialmente para broncear la piel’.

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Las siglas son invariables en la escritura, por lo tanto UVA no debe pluralizarse con una ese al final, precedida o no de apóstrofo (UVAs, UVA’s). Se recomienda que se introduzca el plural en los elementos que anteceden a la sigla (los rayos UVA). (F)

FUENTES:

Diccionario de la lengua española, Diccionario panhispánico de dudas y Ortografía de la lengua española (versiones electrónicas), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.