Hernán Darío Gómez será recordado siempre en Ecuador como el entrenador que consiguió para la Selección el primer boleto a una Copa del Mundo de la FIFA. Tras fallar en diez eliminatorias seguidas en el siglo XX, en el nuevo milenio, con el Bolillo como técnico, el sueño mundialista se hizo realidad gracias a un empate a 1 con Uruguay. El 7 de noviembre de 2001 el viaje de la Tricolor a Japón-Corea del Sur 2002 era un hecho.

Pero verboso y deslenguado, Gómez también permanecerá en la memoria por ciertas frases -desafortunadas, algunas- que pronunció durante su primera etapa como conductor del equipo nacional (2000-2004). El 10 de noviembre de 2001, en un homenaje brindado por la Presidencia de la República al plantel que obtuvo la clasificación, el Bolillo dijo que “lo más importante es que los ecuatorianos sepan que Ecuador va al Mundial (2002) para aprender”.

Fue una forma de conocer pistas sobre cómo tenía planificado encarar el colombiano aquel torneo: sin audacia, sin frescura, con extremas precauciones defensivas, y listo para aceptar como favorable cualquier cosa que ocurriera.

Publicidad

Hace dos décadas ese dicho de Gómez no fue cuestionado por casi nadie. Desde un sector amplio del periodismo deportivo hubo el acuerdo tácito de ‘blindar’ al Bolillo. Se argumentó que ese comentario lo hizo el DT “porque es un pedagogo”, porque “enseñar está en su ADN”, porque “tiene espíritu de maestro”. Lo cierto es que contradecir a quien en ese momento era intocable implicaba para los interesados en recibir los “favores logísticos” de la Federación Ecuatoriana de Fútbol poner en riesgo el traslado a Asia.

La excusa más repetida para justificar la misión magisterial capitaneada por Gómez fue que era imposible pedirle más a un país que iría como debutante absoluto a la Copa del Mundo. En esa condición no se puede ser osado, decían.

Costa Rica, buen ejemplo

A los que aún creen en esa tesis miedosa vale recomendarles la revisión de la historia del Mundial. Costa Rica hizo su presentación en una Copa del Mundo en Italia 1990. Los centroamericanos no eran potencia, pero con la intención firme de competir, y no de ir a aprender a base de derrotas, vencieron a Escocia (1-0), perdieron con Brasil (1-0) y doblegaron a Suecia (2-1) para avanzar a octavos de final como segundos del Grupo G, detrás de los brasileños. Bora Milutinovic, adiestrador de los ticos, fue a Italia a dar pelea y llegó con los costarricenses lo más lejos que pudo. Costa Rica aprendió a lo grande.

Publicidad

En el estreno de Ecuador en el Mundial 2002 el “vamos a aprender” de Gómez se reflejó en situaciones como esta: “Planteó un 4-5-1, con la figura solitaria de Agustín Delgado, siempre anulado por (Cristiano) Doni y (Fabio) Canavaro”, publicó EL UNIVERSO sobre la caída ante Italia 2-0.

“La actitud general (de los seleccionados): pasividad y neutralizados mentalmente”, describió Víctor Vera. ¿Cuánto influyó el mensaje carente de atrevimiento de Gómez para que el enviado especial de este Diario afirmara que en Sapporo, frente a los italianos, “los ecuatorianos nunca compitieron”?

Publicidad

En el remate de la nota se menciona: “El vaticinio de Gómez se cumplió en este primer juego: ‘Ecuador va a aprender’, pero en la segunda etapa el tres veces campeón mundial no quiso dar más lecciones al nuevo alumno. (Agustín) Delgado perdió una gran opción en el minuto final, pero se demoró al rematar y desvió su tiro”.

Luego, ante México, la Tricolor ‘aprendió’ con el Bolillo cómo echarse para atrás apenas se tomó ventaja 1-0, a los 5 minutos. Y cómo regalar espacio y pelota al rival, para acordarse de volver a atacar cuando ya se perdía 2-1. En despedida se venció a Croacia 1-0, cuando ya no existían opciones de clasificar.

Hernán Darío 'Bolillo' Gómez. Foto: Archivo

En el 2019 Gómez regresó contratado por un directorio saliente de la FEF. Con afán provocador en febrero de ese año el DT declaró: “Vamos a aprender en la Copa América y mi proceso es para el Mundial de Qatar 2022″.

En junio del 2019 Cristhian Noboa aclaró: `”Yo nunca he pensado que Ecuador tiene que ir a aprender en ningún lado. Podríamos decir que el jugador joven debe sumar minutos, pero no ir a aprender, que es diferente. ¿Aprender a ver a Neymar cómo se mueve? No tiene sentido”.

Publicidad

En marzo del 2012 Gómez fue traicionado por su lengua, otra vez. Confesó que cuando entregaba la nómina de seleccionados a la FEF, él le decía a la dirigencia (que encabezaba Luis Chiriboga): “’Aquí están mis 15 (jugadores)’, y después me pasaban la lista (la de Ecuafútbol): ‘aquí están los 25 (menciona que le aclaraban)’. ‘¿Y cómo así que los 25?’... ‘Los 15 míos y los 10 (que él como DT no había llamado)’. Aunque no dijo quién se los imponía, Gómez reveló que le enfatizaban: “pero los (10) míos siempre van”.

‘Jugar a ganar’

Con un perfil bajo, comparado con el que distingue a Gómez, el también colombiano Luis Fernando Suárez -que no bailaba en la zona técnica, era mesurado, cortés en sus declaraciones y no era provocador- fue elegido para reemplazar al Bolillo luego del desastre que vivió Ecuador en la Copa América del 2004. Suárez tuvo éxito en las eliminatorias y clasificó a la Tri al Mundial de Alemania 2006.

Y aunque no hay una frase que lo haya inmortalizado para mal -como a Gómez-, Suárez expresó algunas ideas valiosas antes de la Copa del Mundo 2006. Sus dichos, examinados con el paso del tiempo, se pueden tomar como declaraciones de principios futboleros.

Al conocer en diciembre del 2005 que el sorteo ubicó a Ecuador en el grupo A, junto al local Alemania, Polonia y Costa Rica, Suárez anticipó cómo jugaría la Selección. “Si nos preparamos bien, podemos afrontar el Mundial (2006) sin ningún temor”, dijo el nacido en Medellín.

Luis Fernando Suárez. Foto: ROLAND WEIHRAUCH

Su análisis no tuvo demagogia. “La lógica pone a Alemania como clara favorita (de la llave A) y nosotros tenemos la posibilidad de estar por encima de los otros. Yo lo veo todo muy positivo para nosotros. Con lo que ahora tenemos, podemos afrontar lo que se viene. Es un verdadero reto”, comentó Suárez, quien tenía la intención de ir a competir en serio.

En el Mundial 2006 el colombiano cumplió lo que dijo un semestre antes: “Tenemos que jugar a ganar. Lo más importante es la preparación previa que tengamos, que sea intensa y exigente, y que tengamos la oportunidad de hacer buenos amistosos y reconocer bien a los equipos”.

La prudencia del DT contrastó con el exceso de confianza de Jan Tomaszewski, exportero de Polonia en las Copas del Mundo 1974 y 1978, quien se congratuló de la fortuna de su país en el sorteo. “Las cosas han empezado bien y podrían terminar aún mejor. Polonia no tendrá problemas para salir de su grupo (clasificado a la otra ronda)”, dijo Tomaszewski.

Ya en el Mundial alemán, Ecuador salió a ganar. Sometió a los polacos 2-0 en el primer día de la competencia. En el segundo partido, con una goleada 3-0 sobre Costa Rica, la Tri de Suárez hizo historia al clasificar a octavos de final una fecha antes del cierre del grupo A. En la siguiente ronda Inglaterra, un gigante, eliminó a la Selección por un apretado triunfo 1-0.

‘A la ecuatoriana’

Reinaldo Rueda fue presentado como entrenador de Ecuador en agosto del 2010. La FEF no lo contrató para ganar un concurso de oratoria (habría sido la peor elección, en ese sentido), sino clasificar al Mundial 2014. El colombiano cumplió con el objetivo básico. Y como sus antecesores mundialistas, a mitad de la eliminatoria Rueda también soportó un fracaso en la Copa América.

“Es cauto en cada declaración”, fue la descripción que hizo EL UNIVERSO acerca del estilo de Rueda al referirse a la interacción del DT con la prensa. Con un tono de voz monótono, sin variaciones, el caleño era lo opuesto al Bolillo.

Ni en los momentos más críticos del premundial, o tras el papelón en la Copa América de Argentina 2011, y tampoco luego de la opaca participación en el Mundial 2014 hubo en las comparecencias de Rueda ante los medios de comunicación una frase contundente, para el recuerdo -del tipo “este es un resultado saca técnicos”, con la que Gómez le dijo adiós a la Selección, apaleada 6-1 por Argentina, en Lima 2004-. Ni las repreguntas más punzantes evitaron ruedas de prensa descafeinadas cuando el colombiano estuvo al mando de la Tricolor.

Hubo, en cuatro años de Rueda en el país, algunos dichos que solo los archivos salvan del olvido. Por ejemplo, en mayo del 2011 declaró: " Todos tenemos que conseguir un colectivo muy fuerte, desde el utilero hasta el chofer del bus”.

También: “No podemos jugar a la europea, sino a la ecuatoriana. Ecuador tiene su propia cultura futbolística”. Y aunque en octubre del 2012 Rueda dijo que “el fútbol es de pasiones”, no era precisamente apasionamiento lo que reflejó cuando la clasificación a Brasil estaba por concretarse. Cuestión de temperamento.

“Nos estamos acercando (al Mundial). Matemáticamente serían siete (puntos), pero para asegurar mejor sería sumar ocho”, dijo en lo que puede entenderse como el mayor grado de entusiasmo de Rueda. Y agregó: “Debemos tener los pies bien puestos sobre la tierra. Ser equilibrados. Restan ocho fechas y ojalá logremos sumar los puntos necesarios para llegar a la meta que todos queremos. La salud de la Selección se puede volver frágil”.

El caso Felipao

Pero no por ser parco fue que Rueda no pudo explicar con argumentos futbolísticos convincentes la ausencia de casi un año de Felipe Caicedo de la Selección. No lo llamó justo cuando el ariete vivía en el Levante español, el que sigue siendo hasta hoy su mejor momento en Europa.

Reinaldo Rueda, entrenador colombiano, que clasificó a la Tri a su tercer mundial en la historia. Foto: Archivo

Sobre Felipao, que había roto con su representante, explicó Rueda en junio del 2011: “Cuando haga diez goles consecutivos o juegue diez partidos a buen nivel en la Selección va a ser fijo. Lo del Levante es solo una referencia y eso no nos puede distraer, si no recordemos que Felipe en la Selección nunca ha jugado diez partidos seguidos”. Poco después, sin tomar en cuenta su propia reflexión, Rueda ‘descongeló’ a Caicedo y lo convocó.

En la Copa del Mundo Ecuador se estrenó con una derrota 2-1 frente a Suiza, con un gol de los helvéticos hecho en el segundo minuto de adición. Rueda ‘estalló’: “Hay que seguir trabajando. Cometimos una ingenuidad que nos costó el partido. No nos superó el rival, nunca nos pasó por encima”.

En el partido siguiente se le ganó a Honduras 2-1, pero no bastó para pasar de ronda empatar a 0 con Francia en el cierre del grupo E. Enner Valencia, en una entrevista con Diario EL UNIVERSO en julio del 2014, hizo la radiografía final de Rueda como responsable técnico de Ecuador: “El profe muchas veces es muy buena persona. Creo que le falta un poco más de mano dura”.

Gustavo Alfaro

Después de tres clasificaciones mundialistas con adiestradores colombianos, la cuarta presencia de Ecuador en una Copa del Mundo, la de Qatar 2022 se logró con un argentino: Gustavo Alfaro.

De palabra fácil, el técnico exhibió desenvoltura desde su presentación el 7 de septiembre de 2020. “Vengo a vivir la mejor etapa de mi vida profesional”, “desde hoy ya estamos puestos en funciones aquí, en Ecuador, para trabajar y construir esta ilusión que es ir a Qatar”, “yo quiero trabajar para ir al Mundial”, “a la Selección no se viene por plata, se viene por amor”, declaró de entrada Alfaro al asumir el mando.

Pero fue una frase que Alfaro soltó en julio del 2021, luego de caer la Tri en Quito frente a Perú por las eliminatorias, la que más ruido causó por largo tiempo. Se quejó de las desconcentraciones de los seleccionados para decir de inmediato: “Y después, bueno, hay otras cosas más que son más vinculadas hacia cuestiones más extrafutbolísticas que también me preocupan”.

En la última fecha de las eliminatorias (Ecuador 1, Argentina 1, en el estadio Monumental Banco Pichincha), Alfaro tomó la palabra en la ceremonia de festejo que organizó la FEF. “Este es uno de los momentos más felices de mi vida”, dijo el DT.

Más adelante expresó: “Ecuador dice presente al mundo. Es el inicio de algo muy importante. El desafío es de 17 millones de personas. Nosotros somos los que vamos a llevar adelante la voluntad y los sueños de un país. Vamos a luchar por hacerlos felices y si no podemos conseguir lo que el país quiere vamos a dejar la vida para que sientan la dignidad de un grupo que se siente identificado con una bandera, con un escudo y con un himno nacional”.

De cómo le vaya en Qatar 2022, una de las frases pronunciadas el 29 de marzo anterior puede ser la que marque la andadura de Alfaro por Ecuador. O tal vez no. (D)