Los playoffs son la etapa del béisbol de las Grandes Ligas en la que equipos y jugadores buscan llegar a la Serie Mundial y siempre está repleta de emociones y grandes anécdotas.

En el primer encuentro de la serie divisional de la Liga Americana, entre Astros y Medias Rojas de Boston, se produjo un hecho histórico cuando José Altuve, de Houston, disparó tres jonrones. Solo en diez oportunidades, en partidos de postemporada, se ha logrado algo así. Para que tengan la real dimensión de esto, uno de ellos fue nada menos que Babe Ruth. El último en conseguirlo fue el venezolano Pablo Sandoval, de los Gigantes de San Francisco, en la Serie Mundial del 2012.

Detrás de esta hazaña de Altuve hay una historia que es ejemplo para niños y jóvenes que sueñan con llegar a las Grandes Ligas. Para el llanero su baja estatura de 1,68 metros no fue obstáculo. De niño le regalaron un guante y un bate. Fue su padre, quien al salir de su jornada de trabajo, en Maracay, lo llevaba a un terreno baldío a practicar para recoger rodados y batear. A veces con una sola pelota. Cuando la bateaba lejos el padre tenía que buscarla y cuando se perdía o dañaba la única pelota, se dirigían al estadio de los Tigres de Aragua para, en la práctica de bateo, esperar a que saliera una pelota y recogerla. El scout que lo firmó, Al Pedrique, tuvo problemas con su organización y fue despedido porque creían que había gran equivocado. Ese criterio cambió poco a poco. A los 18 años Altuve subió a jugar profesional en las Menores. Un año estaba en una categoría y al término de la temporada lo subían a la siguiente.

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En medio de un entrenamiento recibió una llamada telefónica y creyó que era para avisarle que lo dejaban libre. Altuve se preguntó: “¿Qué hice mal?”. Pero el llamado era del gerente general de los Astros para decirle: “Esta noche tiene que estar con el equipo grande”. La respuesta ingenua de Altuve fue: “Es que tengo juego esta noche con este equipo (de las Menores)”.

A los 21 debutó en las Mayores. Trabajó fuerte, con carácter y perseverancia. Ahora no solo juega en las Grandes Ligas, sino que es de los mejores. Es rápido en el corrido de bases, los batazos cortos los convierte en hit por su velocidad. Es muy seguro defendiendo la segunda base y por sus números lo comparan con Craig Biggio, miembro del Salón de la Fama y también jugador de los Astros, al que le quebró la marca de 211 hits y más robos en una campaña.

Posee buen y certero tiro y cuenta con una rara combinación de fuerza y poder con el bate. Para muestra este año terminó como mejor bateador de la Liga Americana con .346 de promedio, 24 cuadrangulares y 81 carreras impulsadas. Es candidato fuerte para ser el Jugador Más Valioso de su circuito. “En el momento de ponerme el uniforme de juego tengo el mismo tamaño de los demás y no veo a nadie más grande que yo. El que quiere, puede jugar”, sentenció el venezolano. Altuve destruyó el trabajo de los lanzadores de Boston con tres cuadrangulares para el triunfo 8-2 en el juego inicial. Luego los eliminaron 3-1 en la serie al mejor de cinco. Ya tiene su nombre escrito en una página de oro en playoffs, donde esperan desde hoy a los Yankees en la serie de campeonato. (O)