Que Ecuador jugó contra Argentina los mejores primeros 37 segundos de la historia (tiempo en el que abrió el marcador) nos dirán, seguramente, los mismos que publicaron en la web de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) que en la derrota 2-1 ante Chile la Tricolor improvisada tuvo "el mejor partido de los últimos tiempos". Son capaces, no lo dudo. Hemos perdido la capacidad de asombro respecto a los comunicados oficiales de la Ecuafútbol y a las declaraciones de su presidente -probablemente sugeridas por sus asesores, en los que se gastan los dineros del balompié vanidosamente-.

Lo cierto es que los albicelestes vinieron a burlarse de los 2.850 metros de altura de Quito y de la antigua condición de fortín del estadio Olímpico Atahualpa. Lionel Messi corrió los 90 minutos, despedazó al equipo nacional cada vez que se lo propuso -no lo pudieron frenar con marca de dos y hasta tres hombres-. La Tricolor se puso en ventaja a los 37 segundos, pero después no fue nada porque en este momento la Selección, como equipo, no es nada. Es un grupo improvisado que se armó con uno de aquí y con otro de allá con la intención de quedar bien con todos. La idea era demostrar que había una ruptura con el proceso de Gustavo Quinteros. Por eso se llamó al menos un futbolista de nueve de los doce clubes de la serie A y bautizaron, pomposamente, el duelo contra Argentina como el del "honor" y de la "dignidad". Se perdió 3-1. ¿Por eso Ecuador quedó deshonrado como país? Es un cuento y una exageración demagógica como muchas que hemos escuchado últimamente de la FEF. Estas declaraciones populistas las remató Patricio Lara, asistente del interino Jorge Célico, al afirmar que tras su fugaz paso por la Selección, en las eliminatorias, dejan una "buena base". ¿Qué base pueden dejar si han hecho un trabajo express, rapidísimo, improvisado, y al apuro porque así lo decidió la cabeza de la FEF?. Habla como si hubieran laborado dos o tres años en la Tri y solo lo han hecho por dos semanas con el grupo de jugadores convocados. ¿A quién descubrieron, a qué futbolista formaron ellos? A ninguno. No pueden hacerlo porque en tan corto tiempo es imposible. Una base sí dejó en su momento Dusan Draskovic porque él sí trabajaba, sí buscaba jugadores, sí observaba, sí viajaba por el país, sí formaba y sí descubría. Los sucesores de Draskovic fueron bastante holgazanes en ese sentido, más allá de clasificar o no la Copa del Mundo. Que nos nos vengan, entonces, con más cuentos, más mentiras y más demagogia.

Hay que hacer un debate serio sobre qué necesita el fútbol nacional para en la siguiente eliminatoria tratar de llegar a Catar 202 y no sufrir un fracaso tan estrepitoso como este que sufrió la Selección rumbo a Rusia 2018. Se ha hablado mucho del espectacular inicio de cuatro compromisos ganados, de los 12 puntos de 12, de y un rendimiento fantástico del 100%. ¿Pero cómo se remató? Con seis derrotas consecutivas, cero puntos, y con el 100% de las 18 unidades en juego perdidas. Además, en el 2017 no se ganó en el Atahualpa ni fuera de ese estadio, y por eso hay que replantearse el tema de seguir siendo locales en la altura, así moleste a algunos y a la AFNA (entidad convencida de ser la dueña de la Selección). En este premundial se obtuvieron apenas el 48% de los puntos en disputa en la Capital. Es decir, menos de la mitad. Ecuador fue totalmente vulnerable en la altura, como lo ratificó Antonio Valencia al decir que jugar en Quito ya es complicado hasta para los futbolistas que actúan habitualmente en el torneo doméstico.

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En otro orden, el experimento de la FEF y su mal llamada 'nueva era' -surgido de una decisión visceral de Carlos Villacís, quien le pasó factura a Quinteros por filtración del famoso audio donde el argentino puso por los suelos la capacidad dirigencial de los que conducen la FEF- fue un intento conectar con la opinión pública, que pedía la salida del técnico de la Tri. Congelaron a Quinteros y llamaron a Célico, recientemente fichado como adiestrador de las divisiones formativas, y lo principalizaron. Pero el cambio no se hizo de manera seria, sino de forma irresponsable y Messi y Argentina hicieron que se pagaran las consecuencias. En el partido por el "honor" fueron totalmente maltratadas  la imagen y el prestigio de Ecuadorporque se convocó a una Selección "C", integrada por futbolistas de los que no existe la certeza de que serán tomados en cuenta para futuras competencias internacionales.

Creemos que hubo intento de engaño y de tomarnos el pelo con la "Nueva Tricolor". Por eso es necesario un debate serio de todos los estamentos del fútbol nacional, especialmente los dirigentes de clubes -aletargados y silenciosos respecto al desempeño de la Tri y de las medidas que tomó Villacis-. Muchos están ingenuamente esperando un informe de Quinteros. Pero qué van a conseguir con ese informe y qué cosa va a cambiar si hay ese informe? Quinteros está en Arabia Saudita, Ecuador marginado de Rusia y la Comisión de Selecciones es un membrete que en la eliminatoria que acabó no sirvió para absolutamente nada. Es hora de comportarse serios e involucrarse decisivamente los presidentes de clubes, los que toman decisiones, los que hacen el campeonato nacional -no las asociaciones- y decidir pronto qué ocurrirá con la Selección. Álex de la Torre (vicepresidente de Ecuafútbol) dijo antes del Argentina-Ecuador que no hay que contratar al nuevo DT en el 2018 porque habrá elecciones en la FEF en el 2019. Pero Villacís cree que sí es necesario tener entrenador el próximo año. ¿Qué ocurrirá con un técnico fichado en el 2018 si Villacís y su grupo pierde las elecciones? Quedaría para el proceso a Catar 2022 un DT que posiblemente no cuadre con el eventual nuevo directorio de la Federación.

En ese último aspecto es urgente refrescar las filas de la FEF con nuevos dirigentes, nuevas personas, y nuevas ideas. Hay que cambiar a un grupo y a una estructura caducas. Esa gente está aferrada a sus cargos, no los van a dejar tan fácilmente. Es imperioso convocar a elecciones anticipadas en enero del 2018 y que sean los vencedores los que elijan al nuevo técnico de la Selección. No puede continuar un presidente que trata de todas las formas posibles de evitar ser señalado como uno de los responsables del fracaso. Cupables son Quinteros, los seleccionados y también la dirigencia de la Ecuafútbol. Villacís se defiende y aclara que su responsabilidad empezó con la llegada de Célico; es decir, hace un mes. Pero Villacís asumió la presidencia en marzo del 2016. ¿De ese tiempo hasta hace un mes estuvo de vacaciones respecto a la Tri? Dice que heredó un combinado en mal momento. Es mentira. Recibió a Ecuador como líder de la eliminatoria. Afirma que heredó "contratos monstruosos" y que desconocía los términos del acuerdo laboral de Quinteros con la FEF. ¡Por Dios, era el vicepresidente, el segundo de abordo! Nos quiere hacer creer que su nivel de información sobre lo que pasó en la FEF entre 1998 y el 2016 es el que tiene sobre esos temas el recepcionista o el ascensorista de esa organización. No puede ser que quien fue vicepresidente 17 años, y presidente hace año y medio, nos diga que no tenía la menor idea de lo qué sucedía. ¿Para qué estaba ahí entonces? Qué función cumplía? ¿La de adorno? ¿Ni por curiosidad se interesó en informarse?

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Con ese tipo de discurso Villacís no puede permancer al frente de la FEF. Que se sensibilice, como se lo pidió a Quinteros para que se vaya y le dé paso a nuevos cuadros en el ente rector del fútbol nacional. Hay directivos de mucha valía en los clubes del país y lo han demostrado en los últimos años en equipos de Guayaquil y Quito. Que el nuevo directorio que asuma decida quien va a ser el DT con el que se va a trabajar en los cuatro años venideros.

Que el objetivo del proyecto no sea ganarle el "partido del honor" a Argentina en la última fecha eliminatoria, con Ecuador ya descartado. Que la meta sea clasificar a la Copa del Mundo 2022, pero ejecutando un proceso con seriedad, profesionalismo, responsabilidad. Sin la demagogia populista que ha reinado en la FEF en los últimos 18 meses. Ese estilo debe cambiar. Si no llegan directivos de primer nivel a la Federación el desastre se puede repetir. Lo que comenzó muy bien terminó de forma tristísima con seis derrotas seguidas, con una altura que ya no funciona, e improvisando una representación nacional que pasó una vergüenza en un torneo que es observado por todo el planeta. (O)