Hipocresía, derroche y eliminación de Ecuador

¿Cómo es que hoy el presidente de la FEF dice que nunca estuvo de acuerdo con las decisiones del técnico? Carlos Villacís afirmó que con Quinteros clasificábamos. Está en todos los diarios del país.Para la Federación Ecuatoriana de Fútbol –según un banner colocado en su sitio oficial y que circula profusamente por WhatsApp y las redes sociales– el encuentro jugado el jueves anterior ante Chile “es el mejor partido jugado por Ecuador en los últimos tiempos”. No sorprende la demagogia barata y hasta ridícula de quienes dirigen la FEF. Cada vez que el presidente del organismo hace una declaración genera reacciones adversas porque resultan absurdas y provocadoras. ¿Quiénes lo asesoran tan mal?Por las redes sociales circula también un meme que pone un toque de humor al desencanto por el fracaso de nuestra Selección. Una caricatura de Gustavo Quinteros pronuncia una frase hilarante: “Se ha cumplido el objetivo. A mí me contrataron para la eliminatoria y no para la clasificatoria y ya está: estamos eliminados”. Pero el tema no es para reírse, ni para llorar. Tampoco es una tragedia. Es el final de una farsa que arrancó en medio de la hipocresía.Uno de los principales factores del fracaso, Quinteros, no estuvo nunca en los planes del directorio de la FEF, encabezado por el supremo hacedor de todas las decisiones y por sus silenciosos subalternos, el vicepresidente y el titular de la Comisión de Selecciones. Se buscó a Edgardo Bauza, a Hernán Bolillo Gómez, a Luis Fernando Suárez y a otros técnicos. Nadie aceptó las propuestas. Luis Chiriboga, regionalista de tomo y lomo, no quería a Quinteros porque era el técnico de Emelec, el equipo al que quiso siempre bombardear dirigiendo la mano de la Comisión de Arbitraje.No le quedó más que contratarlo porque no quedaba otro entrenador, pero lo quiso despedir después de las derrotas ante Chile y Bolivia en la Copa América 2015. Mientras le sonreía al argentino, Chiriboga mandó emisarios a buscar a Bauza y otros profesionales. Su intención era cesarlo en plena Copa. Otra vez recibió negativas. Después vino lo de la victoria como visitante ante Argentina y de repente todos eran ‘Quinteristas’. La victoria en el Monumental de Núñez fue –esa sí– la mejor actuación de la Selección, no en los últimos tiempos, sino en toda la historia.Cuando estalló el escándalo de la FIFA y su corruptela, el todopoderoso presidente de la Ecuafútbol cayó en desgracia y debió pedir licencia para enfrentar múltiples juicios. La FEF lo suspendió por 90 días y asumió interinamente Carlos Villacís, el 4 de diciembre de 2015. Ecuador había logrado el 100% del rendimiento con cuatro triunfos en igual número de partidos y era líder del proceso clasificatorio. De manera que Villacís heredó un equipo ganador. Por eso asombra que el miércoles pasado hiciera una declaración desopilante: “Nos dejaron tan jodidos que prácticamente nos dejaron muertos, pero hay que tener fe”. Demagogia pura. Pésimo asesoramiento de los consejeros de confianza de Villacís.Cuando se produjo la renuncia de Chiriboga y Villacís asumió oficialmente la presidencia de la FEF el 5 de marzo de 2016 con la responsabilidad de encabezar el proceso clasificatorio, todavía estábamos primeros. Al concluir ese año el porcentaje de rendimiento de la Selección bajó al 33% y hoy, luego de la jornada eliminatoria número 17, el rendimiento en el 2017 es del 0% y ya no tenemos ninguna chance de obtener un cupo. ¿Quiénes deben responder por este fracaso? Indudablemente los dirigentes, con Villacís a la cabeza, el cuerpo técnico con Quinteros como principal responsable, los jugadores cada vez más apáticos y desprovistos de hidalguía, y la prensa adicta que solo conoce de adulos y de búsqueda de beneficios (lo que le impide asumir la postura crítica que es deber de todo periodista independiente).En ese 2016 se produjeron muchos hechos vergonzosos. Era una verdad indiscutible que Quintero convocaba a futbolistas de su predilección, sin importarle si estaban jugando en sus clubes o si se hallaban en forma. La Tricolor carecía de una idea de juego, no alineaban los mejores, el rendimiento de algunos consagrados era deplorable y los cambios que el técnico introducía eran inadecuados. Además se sabía que había un mal clima de vestuario. ¿Qué medidas adoptó la FEF ante la caída del rendimiento del combinado nacional? Ninguna, todo fue hipocresía y cinismo.Un audio reveló la opinión que Quinteros tenía sobre Villacís expresada en términos groseros y dudando de la capacidad de este como dirigente. Se necesitaba un llamado al orden, al menos, o una fuerte sanción. El presidente de la FEF tuvo una reunión con Quinteros en la que se suponía habría aclaraciones. Al término de la misma, Villacís declaró: “El profe (Gustavo Quinteros) tiene todo nuestro respaldo y apoyo”, expresó y agregó que “hay que respetar siempre la decisión y responsabilidades que toma el entrenador”. ¿Cómo es que hoy asegura que nunca estuvo de acuerdo con las decisiones del técnico? En ese mismo mes Villacís afirmó que con Quinteros clasificábamos. Está en todos los diarios del país.Cuando los periodistas serios preguntamos por qué Ecuador había bajado tanto su nivel, con relación al triunfo ante Argentina en octubre del 2015, Quinteros, mostrando su personalidad arrogante y sus modales, nos calificó de ignorantes, estúpidos e imbéciles. Esto no hubiera sido tolerable cuando hombres dignos, experimentados y con gran conocimiento del manejo del fútbol dirigían la Ecuafútbol. Villacís miró hacia otro lado y haciéndose el distraído respaldó con su mutismo la conducta patanesca del entrenador.Ya estamos afuera y sin ninguna opción. El recambio por el que Villacís dice haber luchado se produjo cuando apenas faltaban dos fechas para el fin del proceso. Quinteros y su cuerpo técnico se han embolsado casi cinco millones de dólares derrochados sin ninguna vergüenza. ¿Cuántos días trabajó el argentino con los jugadores que llegaban 72 horas antes de cada partido como para cobrar más de cien mil dólares mensuales? No le interesaba el campeonato nacional. Tampoco observaba nuevas figuras ni se ocupaba de las selecciones sub-23, sub-20 y otras más. Cuando la Federación le pidió a Quinteros, con temor reverencial, que acompañara a la Selección sub-20 a Corea e hiciera algunas renovaciones en las convocatorias, se pasó las recomendaciones como el extinguido talco Catumba.¿Para qué tener un preparador físico, un entrenador de arqueros y dos asistentes técnicos que apenan trabajan tres días con los jugadores antes de cada partido, es decir cada cuatro meses? ¿Hay alguna autoridad deportiva o de alguna instancia pública que revise, audite y determine responsabilidades por este derroche? En septiembre de este año, con el fracaso a la vista, Villacís le pidió a Quinteros que tenga sensibilidad y renuncie por el bien del fútbol. Hoy el pedido es unánime (menos del periodismo adicto): Que Villacís y los miembros de la FEF renuncien. El grito recorre el país: ¡Que se vayan todos! (O)

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