Fue muy famosa en los años 50 y 60 no solo por sus grandes condiciones para el deporte, sino también por ser la primera mujer multideportista y por ser la primera mujer en incursionar en el periodismo deportivo. Su voz sorprendió a los aficionados al deporte, que nunca habían escuchado a una dama comentando partidos de fútbol, entrevistando a deportistas y haciendo de partner en las originales publicidades nacidas del ingenio del periodista deportivo más escuchado en la historia de la radio en Ecuador: el inolvidable Manuel Chicken Palacios Offner.

Conocí a Reina Flores Contreras cuando ambos éramos adolescentes. Era mi vecina de barrio y mi consocia en la Liga Deportiva Estudiantil, el club cuya enseña defendió durante toda su brillante carrera. Tenía una natural predisposición para el deporte y esa condición la hizo destacar en cuanta posibilidad emprendía. Empezó con el hockey en patines, sin que nadie le enseñara la especialidad. Todo estaba en su mente y sus habilidades propias.

Por aquel tiempo Elmo Cura Suárez introdujo esta, para entonces, desconocida rama deportiva que él había visto jugar en Rumania, en 1951. Con un grupo de Boca Nueve (Boyacá y 9 de Octubre) armó dos equipos e hicieron una exhibición en el Coliseo Huancavilca usando los viejos patines metálicos, ruedas con rulimanes y una extraña arma para impulsar la pelota: la llamada chueca de madera y metal en la punta.

Publicidad

El hockey en patines prendió rápidamente en la afición. Creció en popularidad cuando el Cura, con la ayuda del periodista Guillermo Valencia León convenció al entonces concejal Francisco Macías Burnham para que el Municipio habilitara una cancha reglamentaria en el recién inaugurado Parque Infantil, que estaba ubicado en la esquina de Pedro Moncayo y 9 de Octubre, a un par de cuadras de donde vivíamos Reina y este columnista. Macías –que había sido un notable basquetbolista del club Oriente en la década de los años 30– se entusiasmó con la idea y se convirtió en uno de los impulsores de hockey.

La cancha se llenaba desde los primeros torneos para ver en acción al Cura Suárez, Julio Rubira, Aurelio Panchana, Nolan Márquez, Holbach Pérez, Jaime Peña, Roberto Jalón y otras estrellas de entonces. El entusiasmo creció cuando aparecieron dos equipos femeninos, Cardenales y Piratas, integrados por guapas chiquillas porteñas entre las que recuerdo a Chela Merino –también de nuestro barrio– Josefina Izurieta, Teresa Bardellini, Rosita Yperti, Filo Delgado, Lucha y Cecill Villar, Rosario Muñoz, Nelly Henríquez, Anita Nevárez, y, entre ellas, muy jovencita, la veloz y habilidosa Reina Flores.

En ese mismo año 1953 Diario EL UNIVERSO promovía los torneos de novatos en ciclismo en la improvisada pista del parque Centenario, con la organización de otro inolvidable maestro de las filas del periodismo: Carlos Chérrez Gómez (Carchego). Nuestro barrio organizó un equipo en el que estaban Julio Galarza, Ernesto Borja, Washington Vargas, León Aguilar, Roger y Alfredo Albuja, que llegaron a ser figuras ya en primera categoría, y con ellos –no podía faltar– nuestra única representante femenina: Reina Flores. Reina fue el orgullo deportivo de nuestro barrio, junto con Gerardo Layedra, interior derecho del Everest y seleccionado nacional a Lima en el Sudamericano de 1953; y Andrés Vasconcellos, seleccionado ecuatoriano de natación a los Grancolombianos de 1958 y 1959.

Publicidad

De repente la vimos en la pista atlética Víctor Emilio Estrada como inderrotable campeona en 100 y 200 metros planos y la mejor de la ciudad en salto alto y largo, siempre con la enseña de LDE. En un intercolegial se dio el lujo de ganar, para el Colegio Guayaquil, una medalla de oro en lanzamiento de disco. Fue seleccionada nacional al certamen grancolombiano en 1958 en Cali con atletas de Colombia, Panamá y Ecuador y obtuvo presea de bronce en salto alto. También integró el seleccionado nacional al campeonato iberoamericano en Chile, donde compitió con atletas de doce países, incluidos España y Portugal.

Para variar, empezó a practicar básquet y fue una de las mejores en un quinteto de LDE, que se cansó de ganar títulos con Carmen Cruz, Edith Coka y Reina como las más destacadas. Empezaron entonces los duelos con el Club Nacional, que tenía grandes jugadoras como Adaza Albán y Amalia Tomalá. Reina Flores fue llamada –junto con Nubia Villacís y Carmen Cruz– como refuerzo por el Club Nacional para un torneo internacional en Chiclayo (Perú). Luego fueron a Chile a otro certamen y llegaron a la final, que perdieron con las dueñas de casa que encabezaba la famosa Ismenia Pauchard. Reina Flores fue seleccionada de Guayas y campeona nacional en 1963 y 1966.

Publicidad

En 1962 se afilió al Círculo de Periodistas Deportivos del Ecuador, antes de viajar al Mundial de Chile. Lo reportó para Cocktail Deportivo, un fenómeno de popularidad en radio Cristal.

Estaba en el deporte activo y había sido elegida como la mejor atleta cuando, en 1959, Chicken Palacios le pidió que lo acompañara en las publicidades del Cocktail Deportivo, que en aquel tiempo se transmitía por radio Cenit. Su magnífica voz y dicción perfecta la hicieron muy popular. Poco después Chicken le pidió que comentara algunos eventos y le encargó que entrevistara a notables deportistas. Fue entonces cuando incursionó en el periodismo deportivo. En 1962 se afilió al Círculo de Periodistas Deportivos del Ecuador, antes de viajar al Mundial de fútbol en Chile, evento que reportó para el Cocktail, que ya estaba en radio Cristal y era un fenómeno de popularidad.

Un año más tarde Chicken le pidió que viajara a Montevideo a entrevistar a Alberto Spencer, misión que cumplió con lucimiento. Fue tanta su clase y su afirmación en el periodismo que cuando el popular comentarista viajaba fuera del país la dejaba a cargo del programa. En 1964, en las mismas circunstancias, tenía a su cargo el Cocktail en el Canal 4 de Televisión. Cuando se separó del programa, Reina hizo radio junto con dos consagrados maestros: Arístides Castro Rodríguez y Manolo Mestanza Pacheco.

Estudió Educación Física y obtuvo el título de profesora en 1961. Fue esta actividad la que finalmente la alejó del periodismo deportivo en 1978. Era muy complicado combinar las dos tareas, nos cuenta. Laboró en varios planteles por 49 años, 11 meses y 5 días hasta su jubilación. “Me faltaron 25 días para cumplir 50 años de maestra”, dice con esa sonrisa que fue como su marca de fábrica.

Dejó en el periodismo deportivo, en el deporte activo, en el magisterio, y en todo lo que emprendió, un gran recuerdo. No hemos podido olvidar cuando, en el inicio de su carrera en las publicidades, junto con Chicken entrevistaba “al señor Tarzán”. Fue sorprendente su versación en el deporte. A diferencia de las periodistas de hoy, llegó de las filas del deporte que practicó con enorme calidad, a tal punto de pasar a la historia como la primera mujer en el periodismo deportivo nacional. (O)

Publicidad