Dentro del programa de apertura del V torneo de béisbol organizado por la Unidad Educativa Torremar, el honor de realizar el tradicional primer lanzamiento fue para Ricardo Chico Rodríguez. La mayoría de los asistentes, con seguridad, no estaban muy enterados de los méritos de este extraordinario expelotero, que es uno de los que cimentó la popularidad del béisbol en Guayaquil. Por eso debemos resumir el rico historial deportivo de Chico Rodríguez y su legado.

Su inicio, muy parecido al de todos los niños y jóvenes que estaban listos para competir en el torneo, fue desde muy corta edad en su natal ciudad de Panamá, en el barrio Cerro Viento, en la zona de Juan Díaz. Su primer uniforme fue el de su escuela llamada Juan Demóstenes Arosemena, cuando tenía 7 años. Pasó por distintas etapas, categorías y selecciones.

Fue su compatriota Mikelmo Pérez quien lo convenció en 1960 para venir a jugar en Ecuador, para enfundarse los bombachos del tradicional y glorioso Oriente, que manejaba Munir Dassum. Ahí ganó su primer título en 1963, luego llegaron otros campeonatos. Cuando la novena oriental dejó de participar Chico pasó a otros poderosos equipos con los que también logró muchos títulos.

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El 21 de julio de 1963, jugando el jardín central contra Emelec, ejecutó una de las más hermosas jugadas defensivas vistas en nuestros diamantes. Corrió hacia adelante y atrapó un batazo que amenazaba picar de hit, pero en extraordinaria acción llamada ‘cordón de zapato’ alcanzó a atraparla, justo cuando los corredores eléctricos se habían desprendido de las bases. Aprovechó para servir a Mikelmo Pérez y este tiró a la inicial, donde se hallaba Efraín Rico, para completar un histórico triple play. La jugada siempre lo comenta de manera vibrante, en sus recuentos históricos, nuestro dilecto amigo e historiador deportivo Ricardo Vasconcellos Rosado.

La presentadora del programa de inaugural del torneo indicó que Ricardo Rodríguez, aparte de los muchos campeonatos, consiguió su mayor gloria integrando la selección del Ecuador, que participó en dos sudamericanos y un Pentagonal.

El 15 de enero de 1963 el combinado nacional conquistó en Buenos Aires el Sudamericano, en final contra Brasil. En el tercer turno, con la pizarra en blanco, el duelo fue suspendido por lluvia. Los brasileños querían cancelar el partido y que se declarara campeones a los dos.

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Los ecuatorianos se oponían a esta propuesta. Pasada la lluvia los mismos beisbolistas ecuatorianos arreglaron el terreno para apurar el reinicio. En estas circunstancias nadie sabía qué rumbo tomaría el juego. En la apertura del quinto episodio Kike Santos inició con sencillo y avanzó a segunda con toque de sacrificio de Vicente Maldonado. El turno fue para Chico, que en el primer lanzamiento sacó largo batazo para convertirse en jonrón, que abrió el camino para un triunfo 10-0. Ecuador se convirtió en campeón sudamericano de béisbol.

En ese certamen Rodríguez ya había sacado dos cuadrangulares en el choque contra Argentina y remató como uno de los mejores bateadores del Sudamericano al disparar ocho hits en 18 turnos con promedio de bateo de .444; muy alto para un torneo corto. El 10 de marzo de 1964 conformó la Tricolor que ganó invicto un Pentagonal en Lima, con Panamá, Costa Rica, Perú y un seleccionado del Callao.

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El 1 de diciembre de 1966 se jugó en el estadio Yeyo Úraga el Sudamericano, en el que otra vez el rival más fuerte fue Brasil, al que Ecuador doblegó 4-3 en final dramática. Chico fue el jardinero central, imponiendo mucha seguridad, aplomo y clase.

Jugó los torneos de primera división con Oriente, Barcelona, LDE, Universidad Católica, Nueve de Octubre, Asociación Deportiva Naval. La última campaña de Chico fue en 1986, cuando tenía 56 años de edad. Acumuló 15 jonrones. En el torneo de 1976 tuvo un total de 174 lances y jugando por Oriente, el 4 de julio de 1964, capturó ocho elevados; es decir, él solo logró la tercera parte del total de outs que se consiguen en un juego.

Luego, por su sapiencia y experiencia, se desempeñó como entrenador de equipos en los que entregó todo caudal de vivencias a sus deportistas. Estuvo casado con Nieve Vargas, con quien procreó a Antonio, excelente voleibolista, atleta y beisbolista y profesional de la cultura física. Por sus conocimientos ha ejercido altos cargos técnicos en el deporte ecuatoriano. Y a Francisca, también voleibolista, radicada en España.

Cuando comenzó la década del 2000 se inició un plan de masificación emprendido por la Federación Deportiva del Guayas, y Chico Rodríguez fue contratado como entrenador. Trabajó con los lanzadores, dictaba charlas, aconsejaba a los deportistas y padres de familia. Otra administración federativa desmanteló el programa y Ricardo Rodríguez quedó fuera del proyecto del que había sido su imagen más representativa.

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Por esto es necesario traer a la memoria colectiva, a propósito de la inauguración del torneo de Torremar, este recuerdo, para que no caiga en el olvido y siempre se mantengan vigentes los logros y el accionar deportivo como el de Ricardo Chico Rodríguez Quintana. Es modelo de excelente pelotero, buen entrenador, estupendo esposo y un padre ejemplar. (O)

Jugó los torneos de primera división con Oriente Barcelona, LDE, Universidad Católica, Nueve de Octubre, ADN. La última campaña de Chico fue en 1986, cuando tenía 56 años.