Cinco meses y monedas después de su última función, vuelve la eliminatoria. Con toda la carga de adrenalina y tensión que ninguna otra competencia supera. Ninguna acciona los nacionalismos ni los desafueras como esta. Más ahora que transita la recta final y con la bandera a cuadros a la vista. En estas instancias cada punto es una pepita de oro, incluso cada gol es una perla valiosa para engrosar la diferencia entre marcados y recibidos, que puede decidir un cupo.

Brasil 33, Colombia 24 (+3), Uruguay 23 (+9), Chile 23 (+5), Argentina 22 (+1). Hasta ahí los cinco que mejor duermen. El insomnio acecha a Ecuador 20 (+3), Perú 18 (-1) y Paraguay 18 (-8). Esa es la realidad de nuestra eliminatoria, que se reanuda el jueves. Brasil no cuenta para la tabla, pues ya alcanzó la meta; cuenta como rival: al que le gane, lo hunde. Brasil es la mejor demostración de que, cuando algo no funciona, lo mejor es cambiar, no inmolarse.

Era sexto con Dunga y jugaba horrendo, entró Tite, ganó los ocho partidos que dirigió, la Canarinha volvió a dar recitales de fútbol y fue el primer clasificado para el Mundial 2018 (el segundo es Irán, y Rusia, claro). Porque existe una corriente, lanzada astutamente por los técnicos, que ser serio es mantener al entrenador aunque pierda veinte partidos seguidos. A eso lo titularon “sostener el proyecto”.

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La dramatización sobre el cuarto o quinto puesto no tiene mayor relevancia, pues el quinto de Sudamérica a lo sumo retrasará su clasificación, pero seguramente la logrará. Deberá enfrentar en noviembre al vencedor de la zona de Oceanía. Justamente el próximo 5 de septiembre, cuando Colombia reciba a Brasil, ya se conocerá al rival: Nueva Zelanda o islas Salomón, que disputarán su cupo a partido y revancha.

Las grandes noticias que trae el envión final de la carrera son dos: 1) La decisión del TAS sobre los puntos de Chile-Bolivia y Bolivia-Perú y 2) El debut de Jorge Sampaoli al comando de Argentina. En el primer punto, llama la atención que a casi seis meses de haber presentado Bolivia la apelación (el 2 de marzo) y luego de tomar declaración el 5 de julio, el Tribunal no se haya pronunciado. Sería deseable que la decisión se conociera antes del jueves, pues podría haber cambios en las posiciones.

Faltando tan poca eliminatoria, dos o tres puntos más o menos podrían resultar cruciales. Una nota de La Nación, de Buenos Aires, indicó que le quitarían a Chile y Perú los puntos ganados en secretaría, pero que no se los restituirían a Bolivia. Sin embargo, el periodismo en Santiago ha averiguado que el fallo será blanco o negro: o devuelven los puntos a Bolivia o se mantiene la decisión de FIFA, sin términos medios. Y no hay certezas de triunfo en ningún bando. Ni los presidentes de asociaciones tienen idea de qué pasará.

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En el segundo punto, la situación de la Albiceleste sigue siendo delicada, pero presentará una fuerte novedad: ahora tiene un presidente legítimamente electo en la AFA. No es un tema pueril. En pocos meses como titular, Claudio Tapia ha serenado las aguas, puso orden y tomó medidas que podrían resultar fundamentales en la eliminatoria: a) Sacar a Bauza, a cuyo desempeño lo califica el pavoroso andar del equipo. Más que las derrotas, el juego no generaba esperanzas. Eso descomprimió la situación; b) Nombrar un técnico indiscutible: Sampaoli. Tampoco es una variante menor. Pese a que hubo algunas resistencias internas, Sampaoli genera confianza. Se lo sabe trabajador, buen estratega, estudioso y, sobre todo, muy ofensivo. Tiene la contra de las urgencias, solo 4 partidos para lograr el objetivo, y sin posibilidad de trabajar con el plantel. Apenas compartir unos días.

Además, tendrá un estreno terrible: ante Uruguay en el Centenario. Se medirá un DT que lleva once años y tres eliminatorias en el cargo –Tabárez– con otro que se estará estrenando oficialmente ese día. Aun así, se piensa que no podría ser peor que la continuidad de Bauza. Sampaoli es el tercer entrenador de esta pobre Argentina en la eliminatoria. Un récord. La única ventaja argentina es que enfrente no estará Luis Suárez, siempre un martillo para los rivales.

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Colombia –segundo– estará ante una oportunidad de platino: si vence a Venezuela, habrá puesto un pie en el avión a Rusia. Dudamel presentará un equipo con mucho recambio y juventud, pensando ya en el proceso hacia Catar 2022. Es la chance colombiana de llegar a 27 puntos y reforzar la diferencia de gol. Y en las fechas de octubre le quedarán Paraguay y Perú, dos rivales que a esa altura hasta podrían llegar eliminados dependiendo de los resultados. Imaginamos que igual será un escollo duro la Vinotinto, pero por algo va última con 6 puntos... Falcao vuelve encendido y con hambre de reverdecer laureles. Y los que llegan de Boca, como Barrios y Cardona, suenan como violines. Quedan nueve días para el choque ante Brasil, tal vez James pueda sumarles un acorde esa tarde. Solo por ver al notable arquero venezolano Wuilker Faríñez ya vale ese partido.

Chile, que por alguna razón ha cosechado menos puntos de lo que su potencial sugería, no puede darse el lujo ni de empatar con Paraguay en Santiago. “La gran duda acá en Chile es cómo estarán nuestros jugadores, porque vienen casi todos inactivos, como Alexis Sánchez, que no juega desde la final de la Copa Confederaciones”, dice el excelente periodista Danilo Díaz, de radio ADN. “Lo mismo pasa con Marcelo Díaz, Claudio Bravo, Gary Medel, eso genera inquietud”, agrega. El sábado vimos Bayer Leverkusen 0, Bayern Munich 2 y Arturo Vidal continúa en un nivel estratosférico.

Ecuador está frente a una verdadera prueba de fuego, una situación casi límite: el partido con Brasil en Porto Alegre. Una derrota equivaldría a comprometer seriamente las posibilidades de viajar a Rusia. Seguiría con 20 puntos, menos diferencia de gol y a mayor distancia de sus antecesores. Sin contar con otra acechanza: Perú. Si los incas vencen a Bolivia (nada descabellado), hasta podrían pasarlo. Y se daría el caso de que el martes siguiente jugaran en Quito con Perú arriba en la tabla. Pasaron casi dos años del idílico comienzo de 12 puntos sobre 12 y la inolvidable victoria inaugural sobre Argentina (que, después se supo, era una selección vulgar; y sin Messi, menos que eso). La gente cuestiona a Gustavo Quinteros, que tendrá sus culpas, pero hay que atreverse a otro análisis también: ¿cuáles son los jugadores ecuatorianos que triunfan en el exterior…? ¿Cuántos…? Noboa, Antonio Valencia… ¿quién más…? Y hablamos de un centromedio y un lateral derecho. Entre los dos marcaron un gol en catorce fechas de eliminatoria. Son fundamentales ambos, magníficos en serio (por eso ellos sí destacan afuera), pero por ubicación en el campo no pueden decidir los partidos. La buena es que Brasil ya está clasificado y jugará sin apremios.

Pero es Brasil. Hay una camiseta que respetar, un compromiso con el torcedor. Y la historia es muy desfavorable a Ecuador en la tierra de Pelé y Garrincha. Vuelven los himnos, la polémica, la bronca, la pasión… La eliminatoria. (O)

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Pasaron casi dos años del idílico comienzo de 12 puntos sobre 12 y la inolvidable victoria sobre Argentina (que, después se supo, era una selección vulgar; y sin Messi, menos que eso).