En fútbol es más sencillo explicar situaciones que sensaciones. San Lorenzo 0 - Emelec 1, imaginamos, dejó un sabor dulce a los hinchas eléctricos. Jugando en Buenos Aires, con diez hombres los últimos treinta minutos, obligado a ganar, se impuso con autoridad, con juego, con personalidad, siendo más que su adversario. Mostró grandeza para ir a buscar el partido en un medio siempre complicado para el visitante como es el argentino. Y tuvo ideas para conseguirlo. Una sensacional jugada de Gaibor pudo poner el 2-0 y rubricar una notable faena personal y del equipo; pero su remate salió apenas desviado. Con la expulsión de Bagüí ya no prevaleció en el dominio Emelec, aunque terminó enhiesto y arriba en el marcador.

Luego, los penales son un capítulo aparte; en este caso, totalmente desprendido de lo que fue el partido, como hemos visto tantas veces en el fútbol. Allí, la alegría por la victoria (y sobre todo por la actitud) trastocó en amargura por la eliminación. Es cuando sobrevuela la palabra injusticia. Al cabo de los dos choques, Emelec fue más que San Lorenzo. Y se quedó afuera.

La memoria debe hurgar mucho hacia atrás para encontrar una actuación copera donde Emelec (o cualquier otro equipo ecuatoriano) haya logrado tres resultados seguidos afuera como los de esta edición: 1-1 con River, 2-1 al Independiente Medellín y este de San Lorenzo. Que no estuvieron ligados a la casualidad sino a la propuesta futbolística. Ahí emerge la figura del entrenador, sin duda responsable del planteo, de la valiente postura futbolística: Alfredo Arias. Lo encontramos en el hotel, post partido. Formalmente se excusó de dar entrevistas: “No es por usted, no estoy dando notas a nadie”. El hombre se siente cascoteado.

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Habían cruzado el charco desde Montevideo su hermano y un par de amigos para visitarlo y darle un abrazo. Ahí se distendió. En la charla informal tuvo palabras elogiosas para todos sus jugadores. Destacó a Marlon Mejía como un central con futuro. “Me gusta, es bravo”, elogió. Explicó que Dreer y Lastra estaban apuntados para ejecutar penales pero no lo hicieron por sendas molestias físicas. Que Vides, a quien señaló como uno de los mejores ejecutores, tuvo que salir tras la expulsión de Bagüí para poner otro defensor y ahí perdió otro buen pateador. Señaló que le falta gol y que la ida de Guanca debilitó en ese sentido al equipo. “No era un hombre muy habilidoso, pero apenas se acercaba al área probaba el arco y la metía”. Lamentablemente Guanca cometió un error al forzar su salida, al parecer en Turquía no le habrían cumplido lo que le habían ofrecido y ahora está de vuelta en Colón. Se equivocó el jugador y lo pagó Emelec. Ya no puede volver. La idea del presidente es que el que presiona para irse de Emelec no debe volver más.

Las familias de Mondaini, Luna y de algunos miembros del cuerpo técnico llegaron más tarde y la sobremesa se fue extendiendo hasta las 3 de la mañana. Ahí Arias, rodeado de afectos, se fue soltando más y nos animamos a tirarle algunas preguntas concretas.

¿Qué sensación le quedó, Alfredo, tras el partido con San Lorenzo?
La primera sensación es de orgullo, porque cuando un equipo está tan necesitado de un triunfo en una situación difícil como es enfrentar a un rival como San Lorenzo, en su cancha, con varios jóvenes que recién disputan su primera Libertadores… No es sencillo. Y se logró. Además, por la forma, respetando siempre la idea de juego, jugando de igual a igual. Más allá de que después perdimos en los penales, tenemos la satisfacción de saber que estamos en el buen camino.

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¿Y de la Copa en general…?
Una sensación similar, porque a veces uno gana, hace un análisis y ve que las cosas no están tan bien, y a veces pierde, pero rescata aspectos buenos, aunque encuentra otros para corregir, porque por algo se perdió. Los partidos que perdemos en la Copa son contra Melgar, que a los 30 minutos nos expulsan a Caicedo, cuando Melgar tuvo una sola chance de gol que fue un remate de afuera del área. Nosotros en cambio habíamos estado cerca de marcar en el primer tiempo. Luego perdemos con River en Guayaquil, en un trámite que había sido favorable a nosotros. River es un gran equipo, con una intensidad notable y excelentes jugadores, pero nos convierten el segundo gol por un error nuestro. Daba para un empate. Luego vamos a Buenos Aires a enfrentar a un River con jugadores alternativos, hay que decirlo. Íbamos ganando bien hasta que otra vez un error genera un penal y nos empatan. Terminamos el grupo ganando con autoridad en Colombia, incluso nos anularon un gol que nadie supo por qué, ante un Independiente Medellín que es un equipo importante, con muy buenos jugadores, dirigido por Zubeldía. Yo creo que en la Copa lo hemos hecho muy bien. Todos los partidos Emelec los ha jugado con personalidad, a la altura de lo que es una Libertadores.

Ahora el objetivo es el título ecuatoriano.
Seguro, Emelec es un club que no pelea por otra cosa.

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¿Cree que tiene el equipo para lograrlo?
Tenemos un equipo en formación, pero si juega como lo hemos hecho en muchos partidos, tenemos para pelear el título, sin ninguna duda. Y vamos a hacerlo. Semana a semana iremos viendo cómo evolucionamos.

¿Qué cosas el equipo ha conseguido y qué le falta?
El equipo está seguro de a qué juega, cuáles son sus conceptos básicos: respeto por la pelota, defender bien en nuestro arco, presionar lejos, establecer un dominio y control a través de la pelota, el salir a ganar en todas las canchas… Todo eso lo tenemos. Nos faltó, y ojalá lo podamos solucionar, ser más eficientes en las dos áreas, o sea concretar más todo lo que creamos y defender mejor en lo poco que nos llegan. Mejorar los niveles de atención, de concentración.

Justamente, hemos notado que en 8 partidos de Copa les han generado muy pocas situaciones de gol. Tal vez no lleguen a diez en total.
Mínimas. Y en el campeonato local también. A nosotros nos hace un trabajo de análisis una empresa inglesa, y los números, aunque pueden parecer fríos, no dejan de reflejar la verdad. En todos los partidos de este año los rivales no han tenido más de cinco remates al arco. Y cinco digo como mucho, que fue Barcelona. El único. En otros no han pasado de tres. Y en todos hemos rematado más y propiciado más chances de gol. Ha habido tardes en que nos remataron tres veces y nos marcaron dos goles. Eso es lo que estamos intentando mejorar. Con todo lo que producimos en base a manejar la pelota, convertir más; y mediante las pocas ocasiones de los rivales, que nos anoten menos. Porque el fútbol se domina en el mediocampo, ahí es donde nace el control del juego, pero donde se gana o se pierde es en las áreas, eso no cambia nunca. Estamos trabajando en eso, es nuestro desafío.

Llega la cena y se le enfría porque la charla de fútbol lo entusiasma. Participan de ella Luis Neme, dirigente que viajó a Buenos Aires, y Enrique Etchegoyen, gran amigo de Arias e hijo de don Pepe Etchegoyen un entrenador histórico del fútbol uruguayo.

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Alfredo, hemos visto una gran respuesta de los jugadores en condición de visitante, casi mejor que de local. Respuesta futbolística y anímica. ¿Eso lo tranquiliza?
Sin duda. Y una potencia a la otra. La respuesta futbolística es la que estimula a la otra. Usted puede tener mucho carácter, pero si no juega bien o no es mejor que rival, se va desmoronando. Jugar bien tiene un sólo significado para mí: tratar de lograr el domingo lo que uno entrena en la semana. Eso es jugar bien. Y hay muchas maneras ¿no? Eso va de acuerdo al pensamiento de cada técnico. Pero yo veo que lo que entrenamos en la semana lo plasmamos en la mayor parte de los partidos. Nosotros perdemos la etapa anterior no por perder partidos sino por empatar, partidos que se nos escaparon por algún error, por no saber mantener una ventaja. El otro día perdimos con Independiente del Valle y llevábamos un año o un poco más sin perder en Quito. ¡En Quito…! El equipo ha demostrado personalidad para jugar de visitante, y también en la variable de la altura. Y de local no perdemos desde el partido con Barcelona en la primera etapa. Eso me da tranquilidad. Contra San Lorenzo, pese al griterío de la gente, que no paraba de alentar, el equipo no se achicó nunca.

¿Siente rechazo o desaprobación del medio hacia su trabajo?
(Piensa). Rechazo no sé, desaprobación sí. Lo que me da orgullo es que cada vez que entro al campo veo las tribunas llenas, sobre todo las dos cabeceras, las tribunas populares, que acompañan siempre y alientan todo el partido sin parar, y eso es lo que me alegra porque la aprobación la necesitan mis jugadores. Yo soy técnico, no me puedo llevar por esas cosas. A mí la aprobación que me interesa es la de quien me contrató, o sea mi empleador, que me lo ha manifestado, y de mis jugadores. Eso siento que lo tengo. Lo otro…

¿Qué le molesta?
Que se me desvirtúen declaraciones o se malinterpreten cosas. Por ahí recibimos un gol o nos empataron un partido que teníamos ganado y se criticó que Emelec juegue con línea de tres. ¡Si Emelec nunca jugó con línea de tres! Nosotros tenemos a Romario Caicedo que por características propias sube y baja en todas las jugadas, pero si él se adelanta, Bagüí tiene que quedarse. Entonces, como Emelec domina gran parte de los partidos y quedan estacionados atrás los dos zagueros y Bagüí, visualmente puede parecer que defendemos con tres, pero no es así, yo juego con línea de cuatro.

Los penales le cortaron una campaña que pudo ser consagratoria en Copa. Apasionado del juego, del análisis, Alfredo Arias primero no quería hablar, luego se dejó llevar por el torrente de la charla futbolera y, sin quererlo, dio la nota. (D)