“Son cosas que ya están en el pasado, son cosas de atrás, espero que no se vuelva a mencionar esto, porque yo creo que eso quedó atrás, de aquí en adelante quiero que las preguntas sean de lo que haga de este momento hacia el futuro en mi vida, eso quedó en el pasado y yo no quiero recordarlo”. Así Juan Carlos Espinosa quiere zanjar el tema de su polémico pasado, en el que estuvo involucrado en un escándalo de doble identidad en el fútbol peruano.

Espinosa fue presentado como refuerzo de Macará para esta segunda etapa del campeonato, y al ser consultado acerca de su actuación con el nombre de Max Barrios, que llegó a actuar con la camiseta de la selección sub-20 de Perú, el futbolista de origen ecuatoriano dijo que no quería hablar de eso.

Espinosa, quien entrena desde el lunes en el complejo de Santa Lucía (cantón Tisaleo), comentó que está consciente de su antecedente, pero argumentó que se dejó llevar por gente que no debió, pero que ahora tiene la oportunidad de hacer bien las cosas para beneficio del club ambateño.

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Manifestó que como creyente en Dios sabe que hay que darle las gracias para poderse levantar, luego de cometer un ‘error’. “Yo todo le pido a Dios, Él sabe lo que es mi vida y soy un creyente de él, por eso todo lo dejo en sus manos, el tiempo lo dirá (de mi actuación). Además, de los errores se aprende mucho, hay que fallar para poder enmendar”.

Espinosa, de 30 años, recordó que su debut en primera fue en Liga de Loja en 2015. Tuvo paso por Deportivo Cuenca y últimamente estuvo en Audaz Octubrino de la segunda división de Machala.

Ahora espera adaptarse rápido al grupo y al juego del técnico Paúl Vélez. (D)