Se probó en Barcelona y en Emelec, pero no tuvo cabida en el Astillero; entonces empezó un periplo por la segunda categoría y la serie B hasta llegar, hace apenas tres temporadas, a la serie A. Es la historia de Roberto Ordóñez, que a sus 32 años es testigo de que el fútbol otorga revanchas.

Los clubes de Guayaquil que lo rechazaron hace unos años, en este 2017 lo han sufrido. Los goles de la Tuca ante Emelec y Barcelona no solo silenciaron al Capwell y al Monumental, sino que fueron vitales para que el Delfín de Manta hoy sea el virtual ganador de la primera etapa del campeonato, por encima de amarillos y azules, asegurándose un cupo en la Copa Libertadores 2018 y en una posible final del torneo local.

Logros inéditos para un club manabita, inimaginables hace apenas cinco meses cuando arrancaba el nuevo proyecto después de que, en el certamen anterior, Delfín se salvara del descenso en la última fecha.

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“El día que empatamos con Emelec nos dimos cuenta de que realmente podíamos ganar la etapa”, confesaron a la prensa jugadores del Delfín como el uruguayo Matías Duffard.

Se refería al duelo del 30 de abril en el Capwell, por la fecha 12, cuando con gol de último minuto de la Tuca Ordóñez los cetáceos se llevaban un punto y daban el golpe de autoridad que significaba no perder ante un rival directo como Emelec, con el que había igualado también una fecha antes, en Manta, por 3-3, y con anotación de por medio del mismo Ordóñez.

El atacante guayaquileño, que dejó Fuerza Amarilla, clasificado a la Copa Sudamericana, se unió en enero a un Delfín que apenas había mantenido la categoría y que armaba prácticamente otro plantel con 14 incorporaciones y un cuerpo técnico nuevo. Fue el equipo que más fichajes realizó y por eso, tras un buen inicio de campeonato, se esperaba que luego de unas fechas cayera, pero eso no ha pasado hasta ahora. Lleva un invicto de 20 jornadas.

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El técnico Guillermo Sanguinetti explicó cuál fue la clave para que todo funcione: “En la pretemporada se hizo un trabajo importante para luego ir, partido a partido, construyendo una idea de juego con la que fuimos consiguiendo estos resultados importantes”.

Ordóñez tuvo el visto bueno del técnico uruguayo para que la dirigencia del Delfín, que ya lo pretendía desde el 2015, finalmente firmara con él. Y los frutos están a la vista. Aunque no es el goleador (suma 5) es un delantero que, por su fortaleza física, requiere la marca de dos defensores y eso abre espacios a sus compañeros, pero su instinto lo demuestra cuando tiene la oportunidad, como el contragolpe que el domingo liquidó a Barcelona con el 1-2. (D)

Soy hincha de Barcelona, no guardo rencor (por no haber sido aceptado), quizá no estaba preparado. Seguiré trabajando y mejorando.Roberto Ordóñez, delantero