“Pasarán muchos años, llegará el año 2000 y otras generaciones verán la llegada del siglo XXI; el hombre llegará no solo a la Luna sino también a otros planetas, posiblemente a otro sistema solar, pero los aficionados ecuatorianos del fútbol, particularmente los guayaquileños, se acordarán siempre de la noche que Barcelona le ganó a Estudiantes de La Plata”.

Con ese vaticinio comenzó EL UNIVERSO, hace 46 años, la reseña de lo que significó la memorable victoria canaria el 29 de abril de 1971 ante el entonces tricampeón de la Copa Libertadores, al que le quitó el invicto que como local mantenía en el torneo continental desde 1968. Pero el sensacional resultado (0-1) que “hizo vibrar a todo Ecuador”, “la hazaña que luego será leyenda”, por la que “el nombre de nuestro país dio una victoriosa vuelta al mundo en las ondas del cable” porque “no siempre se le gana a todo un campeón mundial”, es ahora desvalorizada por un sector del periodismo deportivo nacional.

Esa tendencia, que lastima la historia de Barcelona, tomó fuerza a raíz del resonante 0-2 logrado por los canarios el pasado 11 de abril contra Estudiantes, por el Grupo 1 de la actual edición de la Libertadores. Se asegura que la gesta de 1971 “no sirvió de nada porque no se ganó la Copa”, “se venció a un rival que andaba mal en el campeonato argentino”, “Barcelona no jugó bien esa noche”, “Estudiantes entró directo a semifinales” (como campeón tuvo ese derecho, pero no jugó solo dos partidos, sino siete: cuatro en esa ronda y tres por la final).

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Ahora, Washington Muñoz, Vicente Lecaro y Luciano Macías, tres integrantes de esa especie de Dream Team que formaron los amarillos ese año (también brillaban Alberto Spencer, Jorge Bolaños, Walter Cárdenas, Édison Saldivia, Luis Alayón, Jorge Phoyú, Pepe Paes, el sacerdote español Juan Manuel Bazurko, Miguel Coronel, entre otros, rechazan la postura que denigra la hazaña.

“Con el deseo de ganar el partido”, saltaron los dirigidos por el brasileño Otto Vieira, recuerda el Ministro Lecaro. Cayó el monarca de América gracias a “los Botines Benditos de Bazurko” –como gritaba emocionado Arístides Castro en radio Atalaya, desde La Plata–, con una “formidable actuación del campeón nacional” y por eso se vivió un ‘Delirio colectivo en Ecuador’, tituló EL UNIVERSO.

Por la magnitud del éxito, Lecaro no se explica por qué aquella épica presentación en La Plata ahora supuestamente no sirve: “Ese Estudiantes fue uno de los mejores equipos en ese tiempo a nivel continental y con alcance mundial. Ahora solo se intenta acrecentar el logro de los actuales jugadores (de Barcelona). Antes también hubo buenos futbolistas”.

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Con el legendario exzaguero coincidió el Pollo Macías, capitán en la inolvidable jornada. “Quienes tratan de desdeñar aquel triunfo de Barcelona son, quizás, jóvenes que no se remontan a ver la calidad de jugadores que tenía ese equipo y lo que significaba en ese tiempo, a diferencia del actual”, dijo Macías, quien aclaró que él no intenta “menospreciar la victoria conseguida por la actual plantilla canaria en La Plata”.

Esas impresiones se repiten, pero con mayor vehemencia, en la voz del Chanfle Muñoz, quien considera ‘enemigos’ de Barcelona a quienes intentan restar importancia a la epopeya que él también protagonizó.

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“O no son barcelonistas o son enemigos de Barcelona. No se puede aceptar que se quiera minimizar ese triunfo”, enfatizó el exatacante. “Nosotros fuimos tratados como un equipo de tercera categoría por los argentinos y aun así los vencimos en su casa”, agregó Muñoz y evidenció su orgullo de lo hecho por los toreros en 1971 y ahora, casi cinco décadas después, frente al mismo adversario.

“Cada equipo tiene su mérito en distintas épocas y circunstancias”, coincidieron Lecaro, Macías y Muñoz, quienes explicaron además que la denominación de ‘hazaña’ obedeció más a las condiciones en torno al juego que a lo que Barcelona pudo haber hecho después. El camerino “era una verdadera casa de locos. Vimos risas, lágrimas, abrazos. Nos emocionamos al máximo”, reportó Ricardo Chacón para EL UNIVERSO. (D)