Cuatro horas y 20 minutos demoró el montañista ecuatoriano-suizo Karl Egglof en ascender y descender el Elbrus, la montaña más alta de Europa, y romper su tercer récord mundial de speed climbing, durante la carrera Red Fox Elbrus Sky Marathon, el pasado domingo 7 de mayo.

El Elbrus, ubicado en la Cordillera del Cáucaso en Rusia, mide 5.642 metros y el clima en esta época -durante los días de la competencia- llegaba a -30 grados centígrados.

Karl hizo la partida en Azau Glade, a 2.450 metros de altitud. “Para que te hagas una idea, fue como subir y bajar tres veces el Cotopaxi, que son unos 7 kilómetros (tiene una altura mayor, de 5.897 m, pero recorrido menor)”, detallando que tuvo que recorrer unos 28 kilómetros para lograr el primer puesto y la marca mundial.

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Al llegar a la cumbre, apenas tuvo tiempo para festejar y besar la nieve del Elbrus antes de iniciar el regreso, pero a pesar del frío y la exigencia, Karl se sintió lleno de energía en la competencia, “gracias a la preparación y los mensajes de apoyo que recibí días antes de la carrera”.

Karl Egloff besó la nieve al llegar a la cumbre. Foto: Facebook del deportista

Para la carrera del Elbrus, al que ya había subido el año pasado, se preparó seis meses. Además de las actividades que normalmente realiza, como subir cumbres en los Andes ecuatorianos en competencias y como guía, puso especial atención en los desniveles muy fuertes, el trabajo en nieve floja y aprender a usar bastones en las competencias, ya que no estaba acostumbrado a usar estos implementos.

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“Este es un deporte nuevo, somos pocos los que practicamos y se es un poco autodidacta”, explica Egloff, que comenzó en el speed climbing en 2014, cuando lo invitaron una prueba en el Kilimanjaro (5.895 m), en África, en donde logró su primera marca mundial con un ascenso-descenso en 6 horas y 42 minutos.

El segundo récord lo hizo en el Aconcagua en 2015, en 11 horas y 52 minutos, superando el tiempo del corredor español Kilian Jornet, a quien también le había arrebatado la marca en el Kilimanjaro.

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El objetivo del atleta ecuatoriano, que tiene 36 años, es romper el récord de velocidad en cada una de las Seven Summits, como se conoce a las montañas más altas de cada continente (incluida Antártida y dos de América).

La próxima, que hará en 2018, será el Denali, en la cordillera de Alaska en Estados Unidos. Luego vendrán los picos de Oceanía y Antártida, para finalizar en la cumbre más alta del mundo, el monte Everest en Asia, en donde planea terminar su carrera, “en el 2022 a más tardar”.

Premiación de la carrera realizada en Rusia. Foto: elbrus.redfox.ru

El atleta pasará unas semanas en Europa, para recuperar fuerzas y participar en el Ursea Trail de Grecia, una carrera “para bajar revoluciones”; y al regresar a Ecuador realizará un ascenso al Chimborazo.

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Su carrera hacia el speed climbing

Karl siempre estuvo liado a las montañas porque su papá, oriundo de Suiza es guía especializado. Además del montañismo, tuvo un paso por el fútbol -en las inferiores de Deportivo Quito y en Europa- y practicó ciclismo por 8 años. Su esposa también es montañista. 

“Creo que lo que hago ahora es una combinación de todo lo que he hecho en mi vida (...) Es una práctica en la que, aunque no parece, hay que ser una persona cauta, evitar errores, tener madurez, ni siquiera escucho música”. Además, añade, es un trabajo de mucha gente, “hay cinco ecuatorianos que viajaron conmigo ahora, para tener controlado todo”, expresa. 

Con toda su experiencia deportiva, Karl Egloff elige el speed climbing como su favorito. “Tienes que amar el montañismo para disfrutar (...) Es con lo que más libre me he sentido, eres tú y la montaña; soy más feliz que nunca”. (D)