Apenas pisó el coloso de Saint Denis para el calentamiento previo, el público francés le dedicó un recibimiento de estrella, con un entusiasmo como, aseguran, nunca había despertado otra promesa en toda la historia del fútbol francés.

Fue en el amistoso Francia 0 - España 2 del 28 de marzo. Era su debut absoluto como titular en la Selección y en el Stade de France. A los 5 minutos remató en el área y, aunque despejó el arquero De Gea, el público se levantó en un largo “Uuuuuuhhhhhh…” Cada movimiento suyo agita una esperanza, la de verle una jugada espectacular y a continuación un gol; la ilusión de estar asistiendo al nacimiento de un nuevo supercrack universal.

Días antes, en la visita del Mónaco al Caén por la Liga 1, después de marcarle dos goles y acercar un poco más al Caén al descenso, el técnico Leonardo Jardim lo sustituyó y se dio una de esas reacciones espontáneas y nobles que el público del fútbol tiene cuando está frente a algo distinto y grande: los hinchas locales lo ovacionaron con un aplauso cerrado. No es algo habitual; se vio obligado a saludar.

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Todos soñamos con un nuevo fenómeno de nivel planetario, sea del club que fuera. Y este apunta… Es Kylian Mbappé, parisino de 18 años cumplidos en diciembre, de madre argelina (importante jugadora de handbol) y padre camerunés. Por él empezamos a seguir al Mónaco como una religión. Fuimos afortunados de ver Manchester City 5 - Mónaco 3. En el primer tiempo protagonizó una acción que nos embelesó; ni siquiera puede llamársele jugada: simplemente recibió un balón en tres cuartos de cancha, apretó el acelerador y atravesó la última línea del City como si no hubiera rivales en el campo.

Hizo zuuuuummmmmm… y pasó. Sagna, Otamendi, Stones no pudieron verle ni el número de la placa. Fue algo diferente, fuera de lo normal. Nos quedamos preguntándonos: ¿y esto…? Después de jugar un puñadito de minutos ante el CSKA de Moscú y el Bayer Leverkusen, en Manchester era su primer partido como titular. Jardim sentó al capitán y compañero de ataque de Falcao, Valère Germain, y se la jugó con el benjamín del plantel.

Desde ese día el mundo no para de hablar de Mbappé. Y él se quedó con uno de los dos puestos de ataque: no sale más. Cualidad de elegidos: saber aprovechar la mínima posibilidad.

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Lo mismo fue cuando le dieron la ocasión de debutar en primera, en diciembre de 2015, aún con 16 años (récord de precocidad en Francia). Enseguida lo llevaron al Campeonato Europeo sub-19 y también dejó el sello: Francia fue campeón y Mbappé anotó 5 goles, 1 a Croacia, 2 a Holanda y 2 a Portugal. Y daba dos años de ventaja. El hincha francés celebra esta fenomenal aparición porque con él empieza a soñar con un nuevo título mundial.

Francia posee quince o veinte talentos de alto nivel con los que puede ser favorito en Rusia (junto con Brasil). Son los muy jóvenes Griezmann, Rabiot, Mendy, Kanté, Umtiti, Sidibé, Bakayoko, Sissoko, Dembelé, Kimpembe, Lemar, los ya más veteranos Lloris, Giroud, Varane… Mbappé puede ser la superfigura que generalmente necesita toda selección para alcanzar la gloria máxima.

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¿Qué es, cómo juega Kylian Mbappé…? Físicamente, un guepardo, velocísimo, agilísimo. Técnicamente muy apto, de excelente remate de derecha (ya veremos que hay con la zurda), buena gambeta en velocidad, deseo, afán, enorme apetito de gol. Y gol. La estadística miente a simple vista: dice 19 goles en 32 partidos; sin embargo, ha sido muy poquitas veces titular.

En muchos ha entrado cinco minutos, siete, doce… No es un habilidoso tipo Messi porque además no es “10”, sino punta-punta, pero le hemos visto eludir a Kolarov como si Kolarov fuera incorpóreo.

Tampoco es un fantasista como Neymar ni un acorazado como Luis Suárez. Tiene una similitud en ciertos movimientos, en su verticalidad y en su ambición al sensacional Eusebio, la Pantera de Mozambique que deslumbró en el Mundial 66. A Mbappé le falta la musculatura colosal de Eusebio, pesa apenas 73 kilos, pero aún no ha terminado de moldear su cuerpo, puede subir cuatro o cinco kilos y ganar potencia.

François Blaquart, director nacional de la Federación Francesa de Fútbol y excoordinador de las canteras, declaró en El País, de Madrid: “Puede que Mbappé se parezca a Samuel Eto’o, solo que Mbappé es más completo técnicamente”. Y más veloz, agregamos. Además, un atacante de mayor recorrido. Eto’o se circunscribía al área, este baja unos metros y llega con pelota dominada.

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“Lo mejor de Mbappé son las ganas que tiene de jugar”, dice Blaquart. Coincidimos: muestra un entusiasmo desbordante por correr, ir hacia adelante, marcar goles... “Yo sé que está muy bien encuadrado por su familia. Tiene una calidad moral ejemplar: esto es importante porque su cabeza está en el fútbol. Es muy inteligente en el campo, altruista, no individualista”, finaliza.

El entorno que menciona Blaquart –sus padres– está tratando de aislarlo de los embates de la súbita fama. “Le llueven ofertas de contratos, emisarios de clubes que quieren ficharlo y centenares de pedidos de entrevistas de decenas de países. No quieren enloquecerlo con cuestiones extrafutbolísticas. También el club lo quiere fresco de la cabeza para este final de temporada en que pueden ganar muchas cosas”, dice Juan Pablo Palacios, colega peruano residente en París.

Depende de cómo termine la temporada, hasta podría subir al podio por el Balón de Oro. Si gana alguno de los tres títulos que aún pelea el Mónaco y sigue goleando, ¿por qué no…? Si lograra eso con 18 años estaríamos ante un verdadero suceso. Aún es demasiado pronto para aventurar si será un grande del fútbol.

Deberá demostrar en los próximos dos o tres años. Pero algo es seguro: está a punto de ser el fichaje más caro de la historia. Todos los poderosos de Europa lo tienen en carpeta. El Mónaco, aseguran, ya desechó una oferta por 110 millones de euros. Dmitri Rybolovlev, ultramillonario ruso –en 2009 ocupó el puesto 79 en el ranking de Forbes– escucha 110 millones y bosteza.

No lo conmueven para nada. Finalmente deberá negociarlo porque el jugador pugnará por irse a un poderoso de España o Inglaterra. Pero podrá ponerle el precio que guste, igual lo comprarán. Dada la edad de este chico, el club que se lo lleve sabe que tiene para 12 o 14 años de triunfos y goles. Y en una potencia como el Madrid, el Barça, el Manchester United, una estrella así se amortiza en dos años solo vendiendo camisetas. Por cierto, Mbappé tiene contrato con Nike desde los 13 años.

El fútbol siempre está esperando una superestrella. ¡Bienvenido, Kylian..! (O)

 

Tampoco es un fantasista como Neymar ni un acorazado como Luis Suárez. Tiene una similitud en ciertos movimientos, en su verticalidad y en su ambición a Eusebio.