Sobran razones para señalar que el fútbol copa el 80 % de las páginas deportivas en muchas naciones del mundo. Es tan cierto que dirigentes y deportistas de otras especialidades se enfurecen cuando logran lugares estelares y la prensa poca “bola” les da. Hoy la columna se aleja del balompié para enaltecer a una deportista formidable en el Ecuador, Alexandra Escobar (foto), pesista emblemática en arenas internacionales.

Esta deportista esmeraldeña hoy en día se enfrenta y camina con la tristeza de haber perdido a su esposo, Darío, quien se fue de este mundo y le dejó un legado de amor, superación, unión y enseñanzas de pasión por lo que hace, por lo que le gusta realizar.

En su casa, las paredes lucen los reconocimientos que ha recibido Alexandra, que empezaron cuando tenía 18 años al asistir a certámenes locales, bolivarianos, sudamericanos, panamericanos, mundiales y en cuatro olimpiadas, y aún tiene virtudes técnicas para una quinta presencia olímpica. De concretarse, será todo un récord y ejemplo para el mundo del deporte.

Publicidad

La esmeraldeña Alexandra Escobar, elegida mejor deportista del 2016 por Diario EL UNIVERSO y el Comité Olímpico Ecuatoriano (COE), en tono muy moderado, ha expresado que desea retirarse de la halterofilia; respetamos tal decisión, pero el Ecuador le pide que aleje de su mente esa decisión. Para ti, eterna campeona, la siguiente reflexión: “Si estás demostrando grandeza espiritual en estos instantes de dolor infinito, qué mejor muestra para continuar otorgando logros al país, para seguir escribiendo páginas de gloria para el deporte ecuatoriano y seguir siendo un ejemplo”.

Empuje ejemplar demostraron los diez deportistas calificados como el primer equipo de refugiados en la última Olimpiada en Brasil, compitieron y se ganaron los aplausos de los asistentes, vencieron la inestabilidad, el huir de su país, el escapar de una persecución, ser víctimas de la guerra y de una atmósfera de violencia. El deporte los honró, unió y los valoró.

Tanto ellos como Alexandra viven aún esos riesgos de la vida; es verdad que son casos opuestos, pero el deporte los quiere ver siempre como protagonistas. Recuerda, Alexandra, una vez más, que el deporte cura heridas. Eres una heroína para todos los ecuatorianos… (O)