La casualidad, o el destino, quiso que el Chapecoense y el Atlético Nacional compartieran colores y este martes esta ciudad del sur de Brasil es más verde y blanca que nunca, unida en el recuerdo a los que se fueron antes de disputar con sus 'hermanos' el duelo que les robó la tragedia.

Cuatro meses después de la cita a la que nunca llegó el 'Furacao', ambos se enfrentarán a partir de las 17:15 de Ecuador (19:15 Chapecó / 22:15 GMT) para comenzar a decidir una Recopa Sudamericana de la que a pocos interesa el resultado.

Vuelve a estar el cielo gris en Chapecó, el mismo que descargaba una violenta lluvia de primavera austral la noche del 28 de noviembre, cuando el avión donde viajaba su equipo a la final de la Copa Sudamericana se estrelló en las montañas de Medellín.

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El mismo color plomizo que inundó una ciudad ya bañada de lágrimas aquel sábado terrible en el que el Arena Condá, el estadio donde menos de una semana antes el 'Verdao' lograba una clasificación histórica, veló a gran parte de los 71 fallecidos en el accidente que les marcó para siempre.

Ya entonces, en el estupor más oscuro del dolor, el club solo veía la luz de la solidaridad procedente de un mundo conmocionado con el drama de este equipo humilde y valiente. Pero, sobre todo, nadie olvida aquí el abrazo cálido que les llegó desde Medellín cuando en Chapecó no había fuerzas para nada, y los 'paisas' se volcaron con el drama de una ciudad que desde aquel día fue su hermana.

“Su ayuda a las víctimas, a las familias, el amor con el que nos trataron y trabajaron en la retirada de los cuerpos... Eso hizo a muchas personas volver a creer en que aún existe el amor al prójimo”, opinó la técnica de enfermería Simone Azevedo, de 38 años, mientras asistía al concierto con el que se abrieron los homenajes en el centro de la ciudad.

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Vestida con la camisa fluorescente del arquero Danilo, uno de los ídolos fallecidos en el accidente, Simone es una de la muchas ciudadanas de Chapecó que se quedó sin entrada para el partido, agotadas desde el sábado.

Palabra cumplida

Con una capacidad para unos 21.000 espectadores, el Arena Condá estará lleno para recibir al Atlético Nacional, clasificado para la final en su condición de campeón de la Copa Libertadores-2016.

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Nada más conocer la tragedia, el club de Medellín pidió a la Conmebol que el Chapecoense fuera el vencedor de la Sudamericana, conquistando así el título más importante de sus 43 años de historia.

A nadie le hubiera gustado ver a su equipo ganar de esta manera, pero el gesto de los colombianos conmovió a Brasil. Todavía más ahora, cuando los meses han barrido muchas de las promesas realizadas al calor de la tragedia.

“No creo que muchos equipos hicieran lo que ellos, decir el mismo día que renunciaban al título. Muchos prometieron que mandarían ayuda, pero muy pocos han cumplido”, opina Valdecir Barcke, un pintor de 40 años que luce orgulloso la camisa personalizada que mandó hacer con las rayas del Atlético Nacional y los escudos de ambos clubes.

Junto a él está su esposa Mónica y sus dos hijos, que este martes no tuvieron escuela porque en Chapecó están de fiesta para recibir a un familiar muy especial.

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Ellos, como centenas de hinchas verdes y blancos, partieron caminando hasta el Arena Condá, donde se dieron las manos para "abrazar" al estadio donde esta tranquila y próspera ciudad de 200.000 habitantes vivió en los últimos meses los mejores y peores momentos de su siglo de vida.

Familia

Vistiendo una camisa blanca con la foto del equipo sonriendo antes del accidente, Marlene Einsweirl era un eslabón más de esta cadena de agradecimiento.

“Hoy es un día muy especial, nos unimos dos familias que deseábamos mucho conocernos, tras ese partido que infelizmente nunca ocurrió", contó emocionada esta enfermera de 53 años.

Agradecidos por un recibimiento en el que toda la ciudad ha puesto el corazón, el centenar de hinchas colombianos llegados para el partido se mezclaba con locales en las afueras del estadio.

“Esto que estamos viviendo hoy es único en la historia, es el verdadero significado del fútbol: hacer amigos, hacer hermanos, más allá del resultado”, aseguró Raúl Martínez, un integrante de 40 años de la Barra del Sur del Atlético Nacional.

Los homenajes continuarán antes y durante un partido que a pocos interesa ahora. Chapecó conmemora hoy mucho más que eso. (D)