Ricardo Armendáriz, técnico y comentarista

Aparentemente íbamos a enfrentar a una débil selección paraguaya. Todos soñábamos con el triunfo en Asunción para asegurar la clasificación al Mundial de Rusia 2018. Pero en el desarrollo del partido se notó que el plan táctico de Francisco Chiqui Arce fue mejor elaborado que el de Gustavo Quinteros.

Los guaraníes conocían de la peligrosidad de la Tricolor por las bandas y por eso hicieron un doblaje defensivo casi perfecto para contrarrestar las subidas de Antonio Valencia. Fue un trabajo sistemático de Júnior Alonso, Miguel Almirón y Cecilio Domínguez; entre los tres anularon nuestra mejor carta ofensiva. En el único desborde que realizó Toño Valencia se produjo el penal que nos permitió descontar y seguir luchando por el empate.

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Arce pensó que iba a jugar Jefferson Montero por la banda izquierda y preparó a Cristian Riveros y Bruno Valdez para controlarlo defensivamente. Pero no jugó Montero porque Quinteros se equivoca abriendo hacia la banda izquierda a Miler Bolaños. Él no siente esa posición e instintivamente se corría al medio para intentar armar juego, pero no lo consiguió porque superponía funciones con Enner Valencia, quien andaba por esa zona.

Si Quinteros se dio cuenta de que su plan A no funcionó, por lo menos, desde el inicio del segundo tiempo, debió jugársela con Montero, y si el futbolista del Swansea no estaba con el ritmo adecuado, debió colocar en esa banda a Marcos Caicedo, quien venía de hacer un partido brillante con Barcelona en el triunfo ante Atlético Nacional, vigente campeón de América.

Ecuador recibe un segundo gol por error de Esteban Dreer, que en el primero también falló, pero en esos minutos Paraguay controlaba el juego y crecía por la banda izquierda hasta que descontó Ecuador. El penal, pese a ser fortuito, permitió buscar el empate. No entiendo a Quinteros porque va perdiendo y su primera variante fue Matías Oyola por Jefferson Orejuela, que fue el jugador de mejor rendimiento. Debió pensar en Ángel Mena y Caicedo y no seguir con los mismos futbolistas que no producían nada ofensivamente; pero hizo las variantes de Montero y Mena pero incorrectamente, porque faltaba muy poco para el final.

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El entrenador confía en ciertos elementos porque son desequilibrantes, pero no fue el día para Miler y Enner. Por último, si sacó a Juan Carlos Paredes debió buscar la posibilidad de un tiki-tiki con Mena, Miler, Enner y además abrir por la banda con Montero; eso tenía lógica, pero no lo que hizo. Es recurrente que el técnico Quinteros no acierte en los cambios o que se demore una eternidad en realizarlos.

Dio la impresión de que Ecuador fue más que el rival; no fue así. Tácticamente dominó Paraguay, llevó el partido a su antojo, cortó los circuitos nacionales y no sufrió mucho atrás. Arce sabía que Ecuador falla en pelotas detenidas y así cayó el primer gol. Tener más tiempo la pelota no significa jugar mejor. A la Tricolor le dieron el balón, pero no supo resolver; el dispositivo de Arce anuló la propuesta de Quinteros. (O)