Fueron recordadas como hazañas, bromas con altura, testimonios ejemplares, victorias en el deporte, escapes para ir al estero Salado, adelantarse al recreo para estar en las canchas, asistir a los bares de Petita o del Chino, saborear un refresco en la carretilla del Viejo, servirse un encebollado de balde y tantas anécdotas que flamearon en la radiante inauguración del primer campeonato Invernal de Fútbol entre confraternidades.

La ceremonia se llevó a cabo en el épico y legendario estadio Miguel Roque Salcedo, a más de ser impresionante se admiró a las 42 confraternidades que desfilaron y cada una de ellas tenían el nombre de un ilustre educador vicentino, gesto que arrancó aplausos, sentimientos y lágrimas entre los presentes que llenaron la tribuna.

Está deslumbrando la labor de la Fundación Conaviro en no descansar desde su creación, hace un par de años, en emprender programas entre sus fraternos y a su glorioso plantel el Vicente Rocafuerte, que avanza a sus 176 años de vida institucional.

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En el transcurso del programa se rindió merecido honor al arquero símbolo del balompié ecuatoriano Jorge Delgado Guzmán (foto), así como a José Yagual Martrus, por sus orientaciones futbolísticas; Colón Villalva se iluminó con el juramento deportivo y Rafael Santelices, con expresiones laboriosas, inauguró el histórico campeonato. Exaltaron las virtudes de los homenajeados Luis Moyano, José Contreras, Francisco Jiménez y Javier Varela, sus frases llegaron al corazón de más de mil deportistas que lucieron disciplina y uniformes vistosos.

Siempre y eternamente gracias a los vicentinos de ayer, hoy y siempre por documentar el torneo con mi nombre. En síntesis, mis palabras:

“La Fundación Conaviro está levantando y enalteciendo a nuestro colegio el Vicente Rocafuerte en educación, principios, ciencia, cultura, deportes y protagonismo. Además de conseguir revivir, resurgir e invocar la historia y la gloria que siempre ha identificado al Vicente Rocafuerte en mil batallas. La infraestructura vistosa bien puede ser un valor agregado, pero no es lo que el alma, el corazón y la mente de un vicentino y de una patria exclaman en su vivir diario”.

“No es tarde para volver a presentarnos y gritar ¡Vicente Rocafuerte, eres siempre el primero! Y tener presente en nuestra mente la pletórica frase ‘Donde hay una VR hay un campeón’. Gracias y que Dios los ilumine a ustedes, vicentinos, en el tiempo y en el espacio...”. (O)