Por Ricardo Armendáriz, DT y comentarista

Una cosa es Emelec atacando. Ayrton Preciado es un muy buen jugador, desborda bien por su banda. En líneas generales Emelec tuvo volumen de juego ofensivo ante Universidad Católica; anotó dos tantos, y pudo vencer en el partido. Pero el fútbol tiene dos fases: la de ataque y la de defensa.

Emelec, en ofensiva, hizo dos goles; cuando como dueño de casa haces un par de tantos por lo general terminas ganando, pero el equipo azul tiene problemas en la faceta defensiva. Y este aspecto ya no es solo de este compromiso con Universidad Católica, es algo que viene del año anterior. En el 2016 Mushuc Runa lo adelantó con dos goles (en el Capwell, pero al final fue triunfo azul 3-2); Fuerza Amarilla e Independiente del Valle, igual. Aucas le marcó un gol (como visitante) y los eléctricos, después de igualar, triunfaron con un golazo de Byron Mina.

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Esto (errores atrás) es un tema estructural. Es un problema del entrenador Alfredo Arias, quien no sabe manejar su línea defensiva. Emelec juega con dos volantes, Pedro Quiñónez y Osbaldo Lastra, que el uruguayo sabe que al comienzo de temporada son muy lentos.

Contra la Católica vimos un cuarteto millonario, integrado por Quiñónez, Lastra, el peruano Christian Ramos y Fernando Pinillo, que no funcionó. Todos los palos y las críticas van contra la zaga, pero yo insisto en que es un problema estructural porque Emelec trata de presionar, pero no presiona en bloque sino individualmente. No puede pasar que se haga presión de a uno. Por eso, en todas las jugadas, Emelec queda expuesto.

Hace el gol Marcos Mondaini, a los dos minutos, pero fue espejismo porque a los cuatro les empatan los camaratas a través de John Cifuentes. Luego, a los once minutos, recibe el segundo tanto (anotado por Andrés López) y se salvó del tercero porque un tiro de Luis Miguel Escalada pega en el horizontal. Emelec era una obra de terror en la zona defensiva. Pero eso no por culpa exclusiva de sus centrales (Ramos y Pinillo), sino por sus problemas estructurales.

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Emelec está mal parado y esto viene desde el año anterior. Y de esto nos damos cuenta todos, menos el técnico Arias. Al entrenador le corresponde arreglar el inconveniente defensivo de los eléctricos y no lo ha podido hacer. Si Emelec sigue con fallas estructurales en su sistema defensivo, no tendrá aspiraciones de ser campeón en el 2017.

En cuanto a Barcelona, los primeros minutos los juega el Deportivo Cuenca mejor que los toreros. Los morlacos madrugan a los amarillos con un hermoso gol (del debutante argentino Juan Dinenno), tras una buena jugada que fue más mérito de los azuayos que error canario.

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El Cuenca fue mejor y no le permitió los espacios que necesita Barcelona para hacer su buen juego. Los toreros tampoco pudieron ejercer la presión que acostumbran y los morlacos mostraron buenas hechuras técnicas, futbolistas interesantes y pudieron convertir otro gol.

Para la segunda etapa las cosas variaron. Deportivo Cuenca retrocedió sus líneas y no sé si fue porque Barcelona lo somete y lo lleva para atrás o por disposición del DT Gabriel Schürrer, pero el equipo torero fue más.

Cuando Cuenca mete a (Roberto) Luzarraga, para hacer más fuerte su defensa, recibe el gol de Darío Aimar. Barcelona crece, pero hay una jugada en la que no sé cómo no anotó Jonatan Álvez. Después de un cabezazo en contra de un jugador azuayo, que impacta en el travesaño de Hamilton Piedra, la pelota queda servida para que la empuje, pero el uruguayo no le pudo pegar al balón y se pierde un gol imposible.

Barcelona fue dominador en el complemento, tuvo mejores opciones pero no estuvo fino para anotar y termina 1-1. De todas maneras, queda la sensación de un Barcelona que estuvo cerca de la victoria. (O)

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Emelec está mal parado y esto viene desde el 2016. Y de esto nos damos cuenta todos, menos el DT. A él le corresponde arreglar el inconveniente defensivo de los azules y no lo ha podido hacer.