Cristhian Noboa, centrocampista de la selección de Ecuador y el FC Rostov de Rusia, en una extensa nota publica por la FIFA, recomendó a los aficionados a visitar el país europeo que organizará el Mundial 2018.

Noboa llegó en el 2007 a Rusia para jugar en el Rubin Kazán, en el 2012 pasó al Dinamo de Moscú y en el 2015 fichó por el Rostov. Con el Rubin fue bicampeón de la Liga Premier (200 y 2009) y de la Supercopa (2010).

A continuación la nota de la FIFA

De la cálida y tropical Guayaquil al frío de Kazán, en un abrir y cerrar de ojos. Así se encontró el ecuatoriano Cristhian Noboa cuando, a los 22 años, decidió afrontar un reto que le cambiaría la vida para siempre: irse a jugar a Rusia. “¡Eran temperaturas a las que jamás había estado! En Ecuador, en Guayaquil, todo el año se está a 30-35 grados”. Nada que ver con el invierno nevado y bajo cero al que se enfrentó a su llegada.

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Aun así, el frío siempre se puede combatir con ropa de abrigo… pero, ¿qué se hace con el idioma? “El primer año fue muy difícil”, rememora Noboa en su charla con FIFA.com. “Adaptarme a la cultura, el invierno y el clima fue tremendo para mí. Porque en Kazán casi nadie hablaba inglés. Era todo ruso… ¡Y yo tampoco hablaba inglés! Era difícil comunicarse”. Incluso con la propia familia, allá en Ecuador. Porque en 2007 las videollamadas no estaban tan generalizadas y había que recurrir a otros sistemas. “Al principio, para comunicarme era sólo por el Messenger, y ahí estábamos casi siempre. Luego ya con Skype”.

El volante ecuatoriano sonríe al recordarlo porque, pese a todas esas dificultades iniciales, la aventura rusa no ha podido salirle mejor. Tanto que, 10 años después, tras su paso por Rubin Kazan y Dinamo de Moscú –y una breve etapa en el Paok Salónica griego–, Noboa sigue en Rusia por voluntad propia… y es una de las estrellas del FC Rostov, con el que ganó la liga en 2015.

El centrocampista no tiene dudas al señalar cuál fue el detonante principal para pasar del “¿¡pero qué hago yo aquí!?” a la integración plena. “Cuando la conocí a ella fue totalmente diferente todo”, reconoce con una sonrisa. Y ella es Olya Romanova, su mujer, y madre de sus dos hijos: Christopher y Lucas. Se conocieron en el segundo año de esta aventura.

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“Me ayudó en el idioma, con la cultura, a entenderme mejor con la gente… fue un cambio profundo. Me di cuenta de que yo era otra persona”. Y el efecto se hizo sentir también en la cancha. “En 2008 juego, de 30 partidos, 16 como titular, mientras el año anterior no había jugado casi nada y, además, al final salimos campeones. Siempre se lo he dicho: muchas de las cosas que yo he logrado han sido gracias a ella”.

Tras un tercio de su vida en Rusia, Noboa lo reconoce abiertamente. “Yo me considero ya, mitad ecuatoriano, mitad ruso”, dice riendo. “No domino el ruso al 100%, porque uno siempre está aprendiendo el idioma y es muy complicado, pero me puedo comunicar y me hago entender, que es lo importante. Mi hijo mayor habla bastante el español y el menor lo entiende, pero me responde en ruso. Y mi mujer ya sabe hablar español también”.

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Tras haber vivido en Kazán, Moscú y Rostov del Don, tres ciudades sedes de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018 y, las dos primeras, sedes también de la Copa FIFA Confederaciones que se celebra este año, le pedimos a Noboa que ejerza de anfitrión. “De las tres, la ciudad que tiene más historia es Moscú”, puntualiza. “Uno puede conocer muchas cosas: el Kremlin es muy bonito, por ejemplo. También la Plaza Roja, y me dejó sorprendido el Metro. Uno se imagina el metro y se dice ‘uh, va a estar todo sucio, todo viejo’… y no. Tiene mucha historia, las estaciones están en su mayoría hechas con mármol y es muy bonito. A mí me gustó mucho”.

Pero tiene claro cuál es su favorita. “Para mí, una ciudad que es muy cómoda para vivir y donde se vive muy bien y hay de todo es Kazán. El estadio están en el centro y tienes muchos lugares para visitar, como el Kremlin o la Mezquita. Son las dos cosas que más recomiendo”, dice sonriente.

El ecuatoriano está pendiente de los preparativos para la celebración de ambos torneos. “Estoy aquí, veo los estadios que se están construyendo y he podido ya jugar en algunos, como el del Rubin Kazan, y es espectacular. Los estadios se ven muy bonitos”.

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Por eso, en plena competición por clasificarse con Ecuador al Mundial del próximo año –en este momento la Tri marcha en tercera posición de la eliminatoria sudamericana– Noboa anima a todos los aficionados a visitar Rusia. “Se lo recomiendo a todos. Que vengan, porque realmente lo van a disfrutar. Van a conocer lugares únicos, muy hermosos y la temperatura va a ser muy buena en ese tiempo, porque es verano”, añade con un guiño.

Pero si aun así hay algún friolero, la solución está en uno de los platos de la gastronomía rusa preferidos por el ecuatoriano: el borsch. “Es una sopa con remolacha y le echan como una crema de leche. A mí me gusta muchísimo, pero no le digo a mi esposa, que cocina muy bien, porque si no me la haría todos los días”, concluye divertido. (D)