La emoción aún está presente en el rostro del piloto ecuatoriano Sebastián Guayasamín, cinco días después de haber alcanzado la proeza de arribar a la meta del Rally Dakar, prueba cumbre en esta especialidad.

No para de recibir llamadas. De diferentes medios de comunicación le invitan a que cuente esta experiencia, ya que le tienen como el primer tricolor en superar todas las etapas de la carrera en este su tercer intento. En 2014 fue descalificado en la tercera; en 2015, en la quinta. El año pasado no compitió.

“El Dakar es impredecible”. En esta frase, el quiteño sintetizó lo que significa esta competencia, donde toda planificación, preparación, actitud y muchas otras situaciones personales pueden irse al traste en minutos. Por ello, las felicitaciones continúan.

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En la categoría T1.1, Guayasamín, junto con su copiloto el argentino Mauro Lípiz, se ubicó en el puesto 20. En la clasificación general fue 44 y 13 en la de autos independientes, cuya división, dijo, “es la más justa porque ahí estamos quienes no poseemos recursos ilimitados, como lo tienen los pilotos de las grandes marcas”.

El francés Stephane Peterhansel fue el ganador de la categoría T1.1, tras completar la prueba en un tiempo de 28 horas, 49 minutos y 30 segundos. El deportista ecuatoriano cronometró 78h10m23s.

En el 2015, Guayasamín calificó de ‘despiadado’ al Dakar. Hoy, afirmó, esto ha cambiado. “Esta ha sido la prueba más difícil de las ediciones corridas en Sudamérica según afirmó el director de la carrera, Marc Coma, pero la diferencia es que se cuida la vida de los pilotos”, contó Guayasamín.

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Entre las dificultades, explicó que la competencia se inició en el “infierno de Paraguay a más de 45 grados centígrados y con el 100% de humedad. Luego pasamos al frío extremo de Bolivia, donde soportamos temperaturas de 0 grados, y por último, volvimos al inclemente calor del desierto argentino”.

“Se cancelaron dos etapas (quedaron diez) porque la lluvia no permitía que el helicóptero volara, y de eso depende que un piloto, sobre todo de moto, salve su vida en caso de un accidente”, agregó.

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“La prueba fue muy difícil, pero no despiadada. Eso se dio porque el director fue un excompetidor. Se cuidó la vida de todos y por ello no hubo ni un muerto”, apuntó.

Guayasamín tuvo un presupuesto de $ 500 mil para un año de preparación; de esa cantidad, $ 300 mil usó en los quince días del Dakar. (D)