Argentina, que siempre produce grandes jugadores, es uno de los territorios más fértiles para generar entrenadores, de todas las ideas y temperamentos. Todo el universo futbolístico se observa allí, en medio de debates, clanes y una pasión indisimulada por el fútbol.

Jorge Luis Sampaoli no tuvo relevancia como jugador. Su prestigio ha crecido metro a metro, desde las ligas locales argentinas hasta su consagración en la selección chilena, ganadora de la Copa América en el 2015. Fue en Santiago, frente a Argentina nada menos, en lo que se puede calificar como la cima de un equipo que venía progresando desde los inolvidables años de Marcelo Bielsa.

Sampaoli pertenece a la saga de técnicos que encontraron un maestro en Bielsa, cuyo estilo febril, generoso y aventurero reeditó en dos años mágicos. Chile, que había pasado años sin un estilo definido, aislado de los mejores equipos de Sudamérica, ha vivido un decenio excepcional, con un afán protagonista en todos los torneos que ha jugado, especialmente en los mundiales del 2010 y 2014. Con Sampaoli llegó su primer gran título.

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El asfixiante juego de los chilenos no encontró rivales en la Copa América. El nombre de Sampaoli, apenas conocido en Europa antes del torneo, alcanzó una fama instantánea. Su dimisión como técnico de la selección no dejó indiferente a nadie. El Sevilla lo fichó en medio de una doble expectativa: el prestigio del entrenador argentino y el de un equipo que ha entrado por derecho entre los mejores de Europa.

Monchi, director deportivo del Sevilla, declaró que era hora de un cambio en el club, tras la marcha de Unai Emery al PSG. Se refería a un plan diferente, a un juego con más espíritu para la ofensiva. Media temporada después, Sampaoli dirige al Sevilla con excelentes resultados. Ya logró el pase a los octavos de final de la Liga de Campeones. No se trata de una hazaña, porque el Sevilla hace tiempo que es alguien en Europa, pero sí un ejemplo del progreso del equipo. Mejora cada año, esta vez de la mano de un técnico que acaba de comenzar su trayectoria europea. Con éxito, parece. (O)