Cinco meses después de inaugurar el estadio Monumental (abierto el 27 de diciembre de 1987, en un duelo contra Peñarol), Barcelona organizó un cuadrangular internacional para prolongar los festejos por la apertura de su escenario.

Además del anfitrión intervinieron en el certamen amistoso Emelec, de España llegó el FC Barcelona, y fue invitado otra vez el cuadro peñarolense para disputar la denominada Copa Ciudad de Guayaquil.

Se estableció que el vencedor de cada duelo disputaría la final. El 27 de mayo los eléctricos sometieron, con un doblete de Raúl Avilés, 2-1 al Peñarol. Mientras, 24 horas antes los canarios, con anotación polémica de Hólger Quiñónez y un tanto del argentino Jorge Taverna doblegaron al Barça 2-1.

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Con esos resultados quedó establecido que por primera vez el Clásico del Astillero se desarrollaría en el Monumental, la nueva casa de los amarillos, el 29 de mayo de 1988.

Barcelona puso en el campo a Carlos Luis Morales; Jimmy Izquierdo, Quiñónez, Jimmy Montanero, Claudio Alcívar; Galo Vásquez, Tulio Quinteros, Toninho Vieira; Mauricio Argüello (Johnny Proaño), Taverna, Luis Ordóñez. Emelec formó con Javier Baldriz; Pedro Pablo Batallas, Kléber Fajardo, Urlyn Cangá, Ciro Santillán; José Federico Minda (Ivo Ron), Miguel Falero (Elías de Negri), Enrique Verduga, Rubén Beninca; Avilés, Jesús Cárdenas (Eduardo Aparicio, luego sustituido por Luis Castillo).

“Otra vez el fútbol lo puso Emelec en una noche de bulla, de gritos, de barra y papel picado”, dijo este Diario sobre la jornada. Y sobre el gol de la victoria azul 1-0, a los 71 minutos, indicó: “Aparicio le entregó un perfecto servicio a Beninca, quien se cortó por la izquierda, se acomodó y sacó un tremendo remate que superó a Morales y que Alcívar intentó sacar cuando el esférico iba rumbo a las redes, y lo que hizo el zaguero fue ayudar a introducir el balón”. Luego de cuatro meses fue el primer Clásico oficial (0-0) en el Monumental. (D)