Si Argentina pierde el martes con Colombia, un terremoto será un juego de niños comparado con la crisis que desatará. A la Albiceleste, goleada y bailada 3-0 por Brasil el jueves, no la salvó ni el talento de Lionel Messi porque el equipo está en caída libre, sin red, y si hay ‘mesías’, solo son los bíblicos.

Era una banalidad pensar que el retorno de Messi, tras una lesión, obraría un milagro. Argentina está cerca del fondo del pozo, sin juego, sin brújula y sin alma. Sigue sexta y ni siquiera atrapa la repesca con el ganador de Oceanía. Pero lo peor no son las estadísticas. El problema es que el equipo es una sombra, no tiene reflejos y Messi está más solo que Kung Fu en el desierto, por aquella recordada serie con David Carradine.

“Vienen horas decisivas. No solo para Bauza el partido con Colombia puede ser decisivo. La sensación de apocalipsis ante una posible ausencia mundialista abre el camino a cualquier especulación” sobre la continuidad del DT, señaló ayer diario Clarín, de Buenos aires.

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Ayer, en un país futbolero, el aluvión de reacciones fue abrumador. En las redes estalla el #AndateBauza. En medio del desenfreno hay pocas miradas mesuradas. Diego Latorre, exjugador y comentarista, escribió en su columna del diario La Nación: “Es muy difícil afrontar un partido sin ideas claras porque cualquier brisa te puede desarmar. La reserva emocional surge cuando los equipos se sienten fuertes y entienden que un gol en contra no es más que una contingencia. Es inútil pedirlo en momentos de debilidad, Argentina no sabe qué hacer con la pelota”, analizó.

Otros, como Daniel Bertoni, campeón mundial en 1978, acusó: “Los jugadores le arman el equipo al técnico. Hay futbolistas que no deben estar más”.

Del Patón aseguró Olé que “llegó de rebote (a la selección) porque no había nadie, porque los buenos no quisieron. Bauza tiene miedo. Tal vez porque sabe que está de prestado en el puesto. Se aferra a los referentes de esta generación aunque estén en decadencia. Los sostiene hasta lo injustificable. Los convoca hasta cuando no están jugando. Y no los saca. Aunque sean un desastre (a los criticados Ángel Di María, Sergio Agüero, entre varios)”.

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¿Qué le pasa a Argentina? El escritor Martín Caparrós lo explica en Olé: “Argentina entró a la cancha pidiendo perdón, con una formación que mostraba que su jefe tenía miedo”. Bauza puso “dos líneas de cuatro, con Messi bajando al círculo central para ver si la pelota era redonda y comprobando que no era”.

A eso se le llama caída libre y sin red. ¿Un Mundial 2018 sin Messi? Por ahora, sí. (D)

Tocamos fondo, y lo peor es que no sabemos a qué jugamos. Debemos salir de esta mierda, a esta altura hay que ganar como sea.Lionel Messi, capitán albiceleste