“Ecuador hizo todo para ganar”, declaró Gustavo Quinteros con tono casi molesto tras el 2-2 en La Paz. El tema es que no jugaban solos: Bolivia también hizo todo para ganar, incluidos dos preciosos goles de Pablo Escobar, de nombre y apellido desdichado, pero con un fútbol magnífico. Y los convirtió primero. Gustavo demeritó en cierta forma los goles bolivianos por ser “de fuera del área”. Pero esos tantos tienen igual mérito que los goles ecuatorianos. De hecho, fueron de mejor factura, más bonitos. Y el segundo fue dentro de las 18 yardas, tras haber desparramado a Mina y a Paredes. Que no son dos dormidos justamente.

Advertimos en Ecuador, por los comentarios del ambiente en general, que todo es causa y efecto del propio Ecuador; el rival no existe. Si se perdió con Colombia, “lo perdió Ecuador”. Si se empató con Bolivia, “lo regaló Ecuador”. En absoluto, el rival también tiene sus méritos y puede hacer goles y ganar. Sino la Tricolor marcharía invicta con 30 puntos y ya estaría clasificada al Mundial 2018. Bolivia compuso un partido digno y le impidió la victoria.

Algo similar sería que Argentina argumentara que “contra Paraguay lo perdimos nosotros”. No, Paraguay se entregó por entero, elaboró un contraataque fulminante y marcó un golazo, lo defendió con ardor, casi con pasión. Hizo su trabajo.

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Por si acaso: por categoría de jugador, Pablo Escobar debió ser titular en la selección paraguaya bastante tiempo. Y mereció haber triunfado en Europa. Un jugador talentoso y con una zurda picante que le reportó casi 230 goles. Jugó en Olimpia, Cerro Porteño, varios clubes brasileños (entre ellos Botafogo), pero el destino quiso que se afincara en The Strongest, del que es uno de sus grandes ídolos históricos, y se nacionalizara. Allí se fue aquerenciando y no salió más. Ecuador no se dejó hacer los goles, se los hizo un grandísimo jugador al que le hemos visto varias actuaciones notables en Copa Libertadores. Y que a los 38 años está impecable.

El equipo tricolor rescató un buen punto. Hay que pensar que Bolivia le empató a Chile en Santiago hace dos fechas. No están lisiados. La carrera es larga y todos empatan o pierden (les sucedió a Colombia y a Argentina). Es verdad que en la próxima jornada ante Uruguay no estarán Mina, Caicedo, Ramírez y Enner, pero puede que retorne Miler Bolaños, una baja sensible por ser un lúcido armador de juego, algo que tuvo que reemplazar Antonio Valencia con sus continuos desbordes por derecha. Equiparó con eso la falta de elaboración en el medio, que no estando Miler queda a cargo casi exclusivo de Noboa. También puede volver Montero.

Desequilibrante actuación de Antonio Valencia otra vez, generador de ambos goles en el Hernando Siles: queda claro que cuando lo ubican de marcador derecho en Inglaterra le reducen un 70% de su importancia como jugador. Su puesto natural, donde mata con sus piques y centros perfectos (Di María debería mirar videos de sus centros) es de carrilero por derecha. Naturalmente, en un club como el United, con tal de jugar, si Mourinho o Van Gaal le piden que haga de lateral, el futbolista acepta.

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Bien Dreer, nada que hacer en las dos conversiones de Escobar (la pelota parece acelerarse en la altura y sorprende más a los arqueros), correcto Ramírez de nuevo, tomando confianza Orejuela. Lo mismo que Caicedo. Los nuevos entraron con el pie derecho, son cuatro variantes ganadas por el técnico. Es el mejor balance de esta doble fecha de octubre. Tanto o más que los cuatro puntos. Nos parece que, aprovechando lo errático de Fidel Martínez en estas dos jornadas, Ángel Mena merecería unos minutos más. Mena es un futbolista valioso, útil, inteligente y con mucho gol. Está siempre listo y animado para entrar. No obstante, arriba es donde el DT tiene mayor abundancia de opciones.

Obteniendo cuatro puntos en cada fecha doble de esta Eliminatoria se clasifica seguro al Mundial, la cuenta daría 36, y ya con 27 o 28 puntos es factible que se logre el quinto cupo. Eso dependerá de los puntos que obtengan los de abajo. Si siguen tan mal como hasta ahora Venezuela, tal vez sea necesario llegar a 30.

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Brasil ya está arriba de todos. Lo habíamos adelantado: con Tite era muy difícil que no mejorara. Es un profesional extraordinario que, por esas malas elecciones de nuestras asociaciones, estaba sin trabajo, en tanto dirigía el confuso y siempre enojado Dunga. Tite tomó un equipo desacreditado que ocupaba el sexto lugar en la tabla y en cuatro fechas lo ubicó como único puntero con cuatro victorias, doce goles marcados y uno recibido. Sin olvidar que espantó el fantasma que rondaba en Brasil de quedar fuera del Mundial. Una muestra más de que, cuando algo no funciona, si hay una alternativa superadora no es pecado cambiar.

Partido grande en Barranquilla. Muy atractivo el otro 2-2, el de Colombia-Uruguay. La Celeste es un bloque, no brilla, rinde y adelante tiene alto poder de fuego. El gol de Suárez es para el manual del goleador. Colombia llegó al empate por un zaguero de futuro tan inmenso como su metro 93 de estatura: Yerry Mina, 22 años recién celebrados, por quien el FC Barcelona tiene una cláusula de prioridad. Cabeceador extraordinario, Yerry lleva en apenas tres años de primera 18 goles. Muchos para ser último hombre de la defensa. Un caso parecido al de Arturo Mina: ya entró y no sale más del equipo.

Arturo Vidal, con su temple indomable y sus goles oportunos, está sosteniendo la ilusión de Chile. Lleva seis, también un número importante para un volante. Pizzi ofreció su renuncia tras la victoria sobre Perú, síntoma de que no son todas rosas en Chile pese a ser campeón de la Copa América hace apenas tres meses y medio.

El golpe de la fecha, sin dudas, estuvo a cargo de Paraguay, que resucitó anímicamente –y en las posiciones– al vencer por primera vez en la historia a Argentina como visitante. La Albiceleste se mantiene milagrosamente quinta, pero desde el juego su realidad es pavorosa. No juega a nada. Hay elementos que ya generan un hartazgo total en el público (Agüero, Di María, Higuaín, Mascherano, Rojo, Demichelis y algunos etcéteras).

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El periodismo, tan contemplativo y hasta connivente estos últimos años con una selección de juego casi penoso, esta vez se desató y dedicó críticas feroces. Pide al técnico que no llamen más a los “históricos” o que estos den un paso al costado. La AFA tal vez debiera replantearse al técnico. De un equipo de Bauza nadie espera espectáculo, sí se le pide un plan, una idea. El desorden futbolístico es total.

De nueve puntos disputados con Venezuela, Perú y Paraguay apenas sacó dos. Ahora se ruega que Messi vuelva y pueda dar la clasificación. Y vienen dos citas bravas: Brasil afuera, Colombia adentro. Ya sobrevuelan los fantasmas… (O)

Advertimos en Ecuador que todo es causa y efecto del propio Ecuador; el rival no existe. Si se perdió con Colombia, “lo perdió Ecuador”. Si se empató con Bolivia, “lo regaló Ecuador.