Johan Cruyff impidió que el Barcelona vendiera a un chico demasiado flaco para luchar en el centro del campo, y este, Josep Guardiola, lo señaló como su gran maestro en la presentación de la autobiografía del fallecido astro holandés.

La historia de la venta del exvolante español, que habría podido cambiar la historia del fútbol, es una de las más llamativas de la autobiografía del genio holandés, publicada mundialmente el jueves anterior, siete meses después de su muerte.

El libro se titula en español 14. La autobiografía (My Turn, en inglés), y en él Cruyff narra su vida desde que correteaba por la calle en las inmediaciones del estadio del Ajax, en el Ámsterdam de posguerra, hasta sus hazañas futbolísticas.

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“Yo creía que sabía de fútbol, pero cuando conocí a Cruyff se abrió un nuevo mundo ante mí”, dijo Guardiola en la presentación en una librería del barrio londinense de Fitzrovia. “Nos enseñó, no solo a mí, sino a toda una generación de jugadores, a entender el fútbol”, indicó el catalán, acompañado en el estrado del hijo de Cruyff, Jordi, antiguo jugador del Barça y del Manchester United.

Guardiola aseguró que no hubiera llegado tan lejos en el fútbol sin las enseñanzas del célebre Flaco. “Tuve mucha suerte. Entreno al Manchester City, y antes al Bayern Munich y al Barça, porque lo conocí”, agradeció.

Cruyff quería que su equipo tuviera el balón y no lo regalara ni una vez, ni en las zonas en las que la tentación del patadón es fuerte. “Creía en el efecto mariposa. Un buen pase al principio podía acabar convertido en una maravilla”, explicó.

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Como estrella del Ajax en los años 70, Cruyff ganó ocho ligas y tres copas de Europa. En 1974 ganó la liga con el Barcelona, y en el Mundial de Alemania de ese año llevó a Holanda a la final con un juego inolvidable, aunque perdió ante la escuadra anfitriona (2-1) en Munich.

Ganó tres balones de oro y como DT, de nuevo en los clubes de su vida, Ajax y Barça, le dio al equipo español la primera Copa de Europa de su historia (en 1992) y cuatro ligas.

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Guardiola recordó los entrenamientos con Cruyff. “No se sentaba, estaba ahí siempre jugando con nosotros, solo que mejor. No nos decía cómo hacer las cosas, las hacía directamente. Todos los entrenamientos eran una clase magistral”, sentenció el catalán.

En el libro hay un capítulo dedicado a su hijo Jordi, en el que Cruyff se disculpa por haber puesto el lastre de su apellido en la espalda del muchacho, también futbolista.

Jordi admitió que su salto al primer equipo del Barça, con su padre de técnico, fue difícil. “Era joven, leía los comentarios. Son cosas que te afectan. Mi padre no se mordía la lengua, y había gente que no lo quería. Cuando me fui al United, las cosas fueron un poco más fáciles”, narró. (D)

De pequeño le tenía miedo a Cruyff. Era muy duro. Eso sí, cuando me hice DT y él era ya abuelo, era diferente. Él vivía por los demás.Pep Guardiola, DT del Manchester City