Francia vuelve a pensar en grande. Y Gael Monfils le ha dado motivos para alimentar el sueño de ver a un compatriota alcanzando cotas altas en un Grand Slam. De momento, el cabeza de serie Nº 10 se ha colado en las semifinales del US Open, después de llevarse el derbi ante el también galo Lucas Pouille por 6-4, 6-3, 6-3, en dos horas.

Nada es fruto de la casualidad y el mejor resultado de Monfils en un Grand Slam –también lo consiguió en Roland Garros 2008– se produce en su mejor momento de la temporada.

Además de darse la oportunidad de pelear por acceder a una final de Grand Slam por segunda vez en su carrera, el francés conquistó este curso su trofeo de mayor categoría: el Citi Open en Washington (ATP World Tour 500).

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A pesar de que únicamente se habían cruzado en una ocasión antes, Monfils y Pouille se conocen a la perfección, algo que aprovechó el más veterano para dictar las normas de principio a fin. Pouille no pudo mantener la frescura de piernas que le ayudó a eliminar antes al español Rafael Nadal.

Todo lo contrario que el actual Nº 12 del mundo, que sin ceder ningún set a estas alturas del torneo, llegaba con menos tiempo en pista. Así, en el séptimo juego del duelo Monfils convirtió su primer break, respondiendo a la agresividad de su rival para subir a la red con una serie de precisos passing shots. Con un 94% de puntos ganados con el primer servicio ató la primera manga 6-4.

En el segundo set apenas cambió el guión. El parisino de 30 años controló todas las facetas del juego. La joven raqueta de 22 años intentó por todos los medios engancharse al partido, pero el ‘ciclón Monfils’ lo evitó con una nueva exhibición. Concluyó el encuentro con 13 saques directos, 34 golpes ganadores, un 85% de éxito con los puntos en juego con su primer saque y 4 de 9 opciones de break convertidas para poner rumbo a las semifinales del US Open.

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Su rival debía salir del duelo de ayer entre Jo-Wilfried Tsonga y Novak Djokovic. (D)