La fiebre del oro lo domina. El insaciable Michael Phelps llegó la noche del martes a 21 medallas doradas en los Juegos Olímpicos en una jornada memorable en Río 2016. El más fabuloso deportista olímpico de todas las épocas amplió la brecha que lo separa de los mortales.

Dejó vacío el tanque de la gasolina en la final de 200 metros mariposa (1m56s,36cs) y en relevos 4x200 metros libres (antes ganó los 4x100 libres).

Y en la premiación, tragó fuerte para no romper en llanto. Y luego de escuchar el himno caminó lento hasta la tribuna donde estaba su madre, Deborah, y su novia, Nicole Johnson, con su hijo de tres meses, Boomer, a quien cargó y llenó de besos. Era el retiro que quería el nuevo Michael Phelps, el más grande nadador de la historia.

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Phelps (31 años) decidió que necesitaba cambiar en la celda de una comisaría de Baltimore, donde pasó la noche del 29 de septiembre de 2014 tras ser arrestado por conducir ebrio. La vida que adoptó después de su retiro precoz en Londres 2012 no podía seguir. Dejó atrás a los ‘amigos’ tóxicos, se comprometió con Nicole Johnson, hizo las paces con su padre y se sintió realizado con el nacimiento de su hijo hace tres meses. Y en la nueva y definitiva etapa de su vida no podía faltar la natación.

En la celda, recordó Phelps en una entrevista en TV, alguien le dijo: “Necesitas cambiar, volver a enfocar las prioridades”. De aquel Phelps inmaduro al padre de familia, que dedica sus medallas a Nicole, a Boomer y a su madre, Deborah. Ese es el aplauso que más le importa, que más siente.

La carrera de Phelps arrancó en los Juegos de Sídney 2000. Debutó con la ilusión de ganar una presea, de cualquier color. Se tuvo que conformar con un quinto lugar en los 200 mariposa, pero cuatro años después fue la gran estrella de los Juegos de Atenas, con seis medallas de oro y dos bronces.

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En Pekín 2008 arrasó con ocho oros y comenzó a tejer su leyenda. Pese a la deuda de entrenamiento, la edad y deficiencias técnicas por la falta de preparación, fue capaz de clasificarse a sus quintos JJ.OO., primer nadador estadounidense que logra esa hazaña, para sumar más medallas.

arresto por ebriedad

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De aquellos momentos oscuros de su historia destaca su arresto por manejar ebrio en el 2004, dos meses después de regresar de Atenas, con seis de oro y dos de bronce.

En el 2009, meses después de sus ocho metales dorados en Pekín 2008 y romper la marca de Mark Spitz como el nadador con más títulos en unos JJ.OO. (siete, en Múnich 1972), se vio obligado a admitir un comportamiento lamentable, tras la publicación de una foto en la que aparecía utilizando un bong (pipa de agua), aparato utilizado para fumar marihuana.

suspendido

No fue procesado por falta de pruebas, pero la Federación Estadounidense de Natación lo suspendió por tres meses, y anunciantes como Kellogg’s le retiraron su auspicio.

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Después vino su segundo tropezón con la bebida, que pagó además con una suspensión que lo privó de competir en el Mundial del 2015, lo que retrasó su preparación rumbo a Río.

Pero si los golpes enseñan, Phelps considera haber recibido ya bastantes y tener aprendida la lección. El nuevo Phelps tiene por delante otras dos pruebas individuales y un relevo. El Tiburón de Baltimore ya podrá retirarse en paz. (D)

No me siento tan mal. El cuerpo me duele un poco, pero con un poco de descanso voy a estar bien. Mi cuerpo ha resistido estas cosas por mucho tiempo

Me estoy divirtiendo de nuevo, estoy disfrutando lo que estoy haciendo (...). Tengo la cabeza clara dentro y fuera de la piscina

Michael Phelps, nadador de EE.UU.