Stephen Curry trató de driblar a Kevin Love para embocar uno de esos triples que, hace apenas unos días, parecía incapaz de fallar. Pero en vez de empatar el encuentro en el último minuto, la pelota golpeó el aro sin entrar en este. Así, se escaparon las posibilidades de bicampeonato de Golden State el domingo pasado en la derrota 93-89 en el séptimo duelo de la serie.

“Esto me perseguirá por un tiempo, porque para mí significa mucho ser el líder de mi equipo y hacer lo necesario, en la cancha y en los grandes escenarios. Lo he hecho antes, pero no lo hice esta noche (domingo)”, reconoció Curry.

Lo que más se recordará es que los Warriors fueron el primer equipo en perder una final de la NBA tras contar con una ventaja de 3-1. “No es fácil lograr lo que conseguimos, y tampoco es fácil digerir lo que no conseguimos”, sentenció Curry.

Publicidad

Toda la noche, Curry y su compañero Klay Thompson estuvieron muy lejos de aportar la calidad que caracteriza a esa dupla, conocida como los Splash Brothers. Y los Warriors, en vez de coronar la campaña más exitosa en la historia, terminaron sufriendo el peor colapso del que haya registro en una final de la NBA. El unánime premio MVP de la campaña Curry no se justificó en las finales. (D)