La región central boliviana de Quillacollo inició ayer una huelga indefinida contra la decisión de la Organización Deportiva Suramericana (Odesur) de elegir a su vecina Cochabamba como sede de la villa deportiva de los Juegos 2018.

La principal preocupación de Odesur era la falta de definición sobre el lugar donde se construirá la villa deportiva, que albergará a unos 7.000 atletas, pero con la reciente decisión de hacerla en Cochabamba la entidad ratificó a Bolivia como sede de los Juegos.

Sin embargo, la población vecina de Quillacollo inició protestas “porque se ha cambiado la sede para esta villa (...), se la ha llevado a Cochabamba cuando debía construirse en este municipio”, protestó el presidente del Comité de Quillacollo, Gualberto Pinto.

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Según el alcalde de esa ciudad, Eduardo Mérida, “nosotros ya teníamos un convenio y un compromiso para usar el terreno ofrecido por Quillacollo (..), nos dejaron plantados sin decirnos nada”.

La decisión de Odesur fue porque la villa deportiva “quedará más cerca de los escenarios” por utilizarse en los Juegos 2018, según el ministro de Deportes, Tito Montaño. (D)