Lo habíamos anticipado en la columna de la semana anterior: a River Plate le iba a ser muy complicado levantar el 2-0 frente a Independiente del Valle. Más que por el fútbol del equipo del valle, por su carácter. Todo lo contrario a la decepcionante y casi vergonzosa actitud del Manchester City una hora antes frente al Real Madrid.

El cuadro de Manuel Pellegrini (y esto habla muy mal de él) le puso una alfombra al de Zinedine Zidane para que pase a la final de la Liga de Campeones.

Independiente del Valle fue al Monumental dispuesto a dejar la sangre. Y no lo declamó: lo hizo. Seamos justos, si River ganaba 4-0 estaba perfecto. También los millonarios hicieron todo para revertir su suerte. Pero chocaron contra dos personajes que entraron en el corazón de la gente, sean de Emelec, de Liga, de Barcelona, del Deportivo Cuenca: Librado Azcona y Arturo Mina (Gustavo Quinteros: ¿no está para titular en la Selección…?).

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Lo del arquero fue más que descomunal, fue extraordinario, emocionante, histórico. Si Independiente se embolsa $ 1 millón por pasar a los cuartos de final, $ 500.000 hay que dárselos a él. Este es el tipo de actuación en que un arquero hace ganar a su equipo. Fenomenal bajando centros, volando de palo a palo, tapando en el mano a mano, jugándose el cuero en cada intervención… La bola que le saca de pique al suelo en el cabezazo a Iván Alonso es para pasarla todos los días en los colegios. Alonso se agarró la cabeza. No te pueden sacar ese gol…

El otro es Arturo Mina. Sensacional, aguantador, firme, fuerte, animoso, bravo, impasable, heroico también. Son los dos héroes de esta clasificación.

Y puede seguir a semifinal Independiente, tiene cómo vencer a Pumas. Pero tiene que mejorar futbolísticamente. No jugó nada bien como equipo, fue avasallado, le crearon veinte situaciones de gol, tuvo suerte, contó con Superman y Batman, River lo superó por aire, mar y tierra… Para que eso no vuelva a suceder (porque esto fue un milagro, y los milagros no se repiten), hay que sostener la pelota en el medio, hacerla circular, tenerla un minuto aunque sea.

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Independiente tiene más fútbol que esto, debe animarse a jugarlo. Pablo Repetto: haga jugar un poco, no todo es aguantar. El porcentaje de posesión debe haber sido 95% a 5%. Así nadie puede seguir avanzando. Pero esta es la hora del festejo, no del reproche. Y se lo merecen estos muchachos de Independiente. Tumbaron al campeón. (O)