El amor es la temática favorita del cantautor chileno Pablo Herrera. Sus dos canciones exitosas llevan el nombre: Tengo un amor y Amor, amor, que lo hicieron popular en Latinoamérica.

Él estuvo en Guayaquil la semana pasada para participar en un show. En su estadía conversó con este Diario sobre su carrera y adelantó algo de su nueva producción.

Herrera empieza diciendo que la música le ha dado la posibilidad de conocer muchos lugares, gente increíble, tener un trabajo que ama y mucha libertad en su vida. Cuenta que el talento lo heredó de su madre y que por su carrera dejó los estudios de economía.

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Sus inicios estuvieron en una banda de jazz-rock Evolución, cuando era un fan del “buen rock”. Añade que sus influencias vienen de artistas tan distintos como Nicola Di Bari, Peter Frampton, The Doors, Silvio Rodríguez, León Gieco, Charlie García, y, en especial, de sus discos en vivo, en los que asumió que lo “más lindo es estar parado en un escenario frente a la gente” y él quería vivir eso.

“Saliendo del colegio, esto se vuelve algo profesional y a los 20 años tengo mi primer disco, Despertar”, dice el intérprete que llegó a la balada por la música italiana.

Originario de Viña del Mar, siempre pensó en participar en el famoso festival de su ciudad, algo que logró en 1992, cuando representó a su país y quedó segundo. Dos años después se presentó como invitado.

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Hace dos semanas terminó el tema Yo puedo ser tu amor, una balada rock “bien power” que será el primer sencillo de su disco número 16. Su álbum anterior, La verdad, lo lanzó el año pasado y fue producido por su hijo Bastian, reconocido productor de su país.

Ecuador ya es una parada casi anual para él. La primera vez que vino fue a Guayaquil, ciudad que dice ha cambiado mucho desde aquella ocasión a principios de los años 90.

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“Era una ciudad difícil de caminar por la calle, había suciedad, y de repente se hizo más linda y ahora es una de las más lindas de Latinoamérica. Siempre me gustó, pero ahora es de primer mundo”, dice Herrera. (E)