A la espera de que se cierre la operación abierta con el Manchester United para el traspaso del portero español David De Gea, la situación en la que va a quedar Iker Casillas y el “punto muerto” en las conversaciones para la renovación de Sergio Ramos, se han convertido en problema por resolver con urgencia para el Real Madrid.

Los merengues inician el verano sin fichajes de relumbrón y la situación de sus dos primeros capitanes está en vilo.

Iker Casillas se marchó de vacaciones con morbo, porque su primer vuelo aterrizó en Londres. Su nombre se asocia al fútbol inglés pese a que su deseo es continuar en la casa blanca.

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Sin embargo, la inminente llegada de De Gea y la comunicación del club al costarricense Keylor Navas que cuenta con él para la próxima campaña, ponen en peligro el deseo de Iker de jugar la Eurocopa 2016 con la selección española.

La renovación de Sergio Ramos también va a dar qué hablar por lo distante que están las posturas. El defensor, reconocido en diciembre de 2014 como el mejor jugador del Mundial de Clubes, pide al club pasar a cobrar de 6 a 10 millones de euros anuales ($ 11,3 millones).

El sevillano consideró insuficiente la subida a 7 millones propuesta por la directiva, al sentir que su peso en el equipo, en el terreno de juego y en el vestuario es mayor.

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También está molesto porque el Madrid no ha reaccionado a la afirmación de un candidato a la presidencia del Barcelona, que ligó su nombre a su candidatura. Su contrato acaba el 30 de junio de 2017, pero según diario AS su deseo es marcharse ya. No quiere vivir el mismo mal ambiente que Casillas.

El rotativo asegura que los equipos de Manchester, el United y el City, y también el Paris Saint-Germain, están interesados en Ramos. (D)