La imputación de catorce personas, entre ellos siete responsables de la FIFA, detenidos este miércoles en Zúrich, y la incautación de documentos electrónicos en la sede de la FIFA por sospechas de corrupción, se inscriben en una lista de escándalos ocurridos desde que llegó el suizo Joseph Blatter a la presidencia en 1998.

El director de márketing, Jérôme Valcke, deja su cargo a finales del 2006 tras un asunto de un contrato litigioso sobre los rivales Mastercard y Visa. Seis meses más tarde, es nombrado secretario general de la FIFA.

ISL era la sociedad que administraba los derechos de difusión y de márketing de la Copa del Mundo hasta su quiebra en 2001. En 2010, la justicia suiza señaló que Joao Havelange, expresidente de la FIFA (1974-1998), y Ricardo Teixeira, patrón de la potente Confederación Brasileña (1989-2012), fueron sobornados a cambio de contratos exclusivos de derechos de televisión para la Copa del Mundo. Pero archiva el caso debido a lagunas del derecho suizo en vigor en la época.

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Una investigación llevada por la comisión de ética de la FIFA, que incluye a Nicolás Leoz (presidente de la Confederación Sudamericana entre 1986 y 2013), llega a las mismas conclusiones, dado que la FIFA no tenía ningún código de ética antes del 2004.

El hombre de negocios catarí Mohamed Bin Hammam, presidente de la Confederación Asiática (AFC), se coloca como rival de Blatter presentándose a la elección presidencial de mayo del 2011. La comisión de ética de la FIFA, que sospecha que compró votos en el seno de la Concacaf, abre poco antes un proceso contra él y Jack Warner, presidente de la Concacaf y vicepresidente de la FIFA.

Cuando se acerca la elección, todo se acelera. El 27 de mayo, a petición de Bin Hammam, un proceso se abre contra Blatter.

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El 28 de mayo, Mohamed Bin Hammam se retira de la elección presidencial. El 29, el comité de ética de la FIFA decide: Blatter es absuelto, Bin Hammam y Warner son suspendidos mientras dure la investigación.

El 23 de julio, Bin Hammam, reconocido culpable, es suspendido de por vida de toda actividad ligada al fútbol.

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Pero en julio de 2012, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) anula la sanción por falta de "pruebas directas". El catarí será finalmente suspendido de por vida a finales de 2012, por malversaciones en el seno de la Confederación Asiática y como miembro del Comité ejecutivo de la FIFA entre 2008 y 2011.

Warner, acusado además en otros casos de haber utilizado su posición en las instancias del fútbol con fines lucrativos personales, predice un "tsunami" si es cuestionado. Pero en junio del 2011, dimite de todos sus cargos ligados al fútbol. "Warner eligió él mismo dimitir, todos los procesos iniciados contra él por la Comisión de Ética están archivados, y existe la presunción de inocencia", comenta la FIFA.

El culebrón se inicia en noviembre del 2010: dos miembros del comité ejecutivo de la FIFA, el tahitiano Reynald Temarii y el nigeriano Amos Adamu, son suspendidos respectivamente uno y tres años por no haber respetado el código ético, tras sospechas de corrupción en la próxima atribución de los Mundiales 2018 y 2022.

El 2 de diciembre de 2010, el Mundial 2022 es atribuido a Catar para sorpresa general. Poco después, la prensa británica lanza acusaciones de corrupción.

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La FIFA rechaza en un primer momento entrar en el asunto, antes de crear una nueva comisión de ética. En julio de 2012, abre una investigación sobre las condiciones de atribución de los Mundiales de 2018 (a Rusia) y 2022, dirigida por Michael Garcia, exfiscal de Nueva York.

En noviembre de 2014, Hans-Joachim Eckert, presidente de la cámara de enjuiciamiento de la comisión de ética, resalta en el informe Garcia "comportamientos dudosos" pero nada para cuestionar el proceso de atribución. Garcia denuncia una presentación "errónea e incompleta" de su investigación y pide una publicación íntegra. El 17 de diciembre, dimite. El 19, Blatter acepta una publicación del informe Garcia en el futuro, pero "bajo una forma apropiada".

Este miércoles, la fiscalía suiza  incauta de documentos electrónicos en la sede de la FIFA en Zúrich, en el marco de un proceso penal contra un número de directivos por sospechas "de blanqueo de dinero y gestión desleal" en las atribuciones de dos Mundiales. Este proceso, abierto el 10 de marzo, no había sido hecho público.

Este miércoles, el departamento de Justicia estadounidense entra en escena: imputa por corrupción a nueve miembros actuales o del pasado en la FIFA, entre estos últimos Jack Warner y Nicolás Leoz, así como a cinco responsables de sociedades de márketing deportivo. A petición suya, la justicia suiza procede a siete detenciones (5 latinoamericanos y dos británicos, de Islas Caimán).

Según las autoridades suizas, estos siete responsables son sospechosos de haber aceptado sobornos desde la década de los noventa hasta ahora. Las acusaciones están relacionadas con las atribuciones de Mundiales, de derechos de márketing y de televisión, pero también fraudes, estafas y blanqueo de dinero.  (D)