La policía suiza arrestó este miércoles a siete de las figuras más poderosas del fútbol mundial, entre ellas cinco dirigentes latinoamericanos, y anunció una investigación criminal sobre la adjudicación de las dos próximas Copas del Mundo, sembrando confusión en la dirección del deporte más popular del mundo.

Por su parte, las autoridades Estados Unidos dijeron que nueve funcionarios del fútbol y cinco ejecutivos de empresas deportivas y de promociones enfrentan la extradición desde Suiza por cargos de corrupción que involucran la aceptación de sobornos por 150 millones de dólares.

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Entre los arrestados no figura el presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, pero sí a varios justo debajo de él en la jerarquía del órgano deportivo más rico y poderoso del mundo.

Entre los 14 acusados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, siete funcionarios de la FIFA fueron arrestados en Zurich, incluyendo al vicepresidente Jeffrey Webb.

Los otros detenidos por el caso incluyen al dirigente deportivo costarricense Eduardo Li, al nicaragüense Julio Rocha, al vicepresidente uruguayo de la FIFA Eugenio Figueredo, el venezolano Rafael Esquivel y el brasileño José Maria Marín, además del caimanés Costas Takkas.

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Cuatro personas y dos acusados corporativos ya se habían declarado culpables de varios cargos, dijeron las autoridades.

El Departamento de Justicia estadounidense también dijo que el miércoles se estaban registrando las oficinas de la Confederación de Fútbol de Norte, Centroamérica y el Caribe (CONCACAF) en Miami, Florida.

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"Como figura en la acusación, los acusados promovían una cultura de corrupción y codicia que creó un campo de juego dispar para el mayor deporte en el mundo", dijo el director del FBI, James Comey.

"Los pagos ilegales y clandestinos de dádivas y sobornos se convirtieron en una forma de hacer negocios en la FIFA", agregó.

Los arrestos de policías suizos vestidos de civil fueron realizados al amanecer en el lujoso hotel de Zúrich donde se hospedaban los funcionarios de la FIFA, antes de las elecciones de esta semana donde se anticipaba que escogerían a Blatter para un quinto mandato.

"Momento difícil"

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La FIFA dijo que los arrestos eran un "momento difícil", pero que Blatter no renunciaría a su cargo y que los próximos Mundiales se desarrollarán de acuerdo a lo planeado.

En forma separada a la investigación en Estados Unidos, fiscales suizos dijeron que habían abierto sus propias indagaciones criminales contra individuos no identificados por sospechas de mal manejo y lavado de dinero vinculados al otorgamiento de los derechos para organizar el Mundial 2018 en Rusia y la Copa de 2022 en Qatar.

"La acusación afirma que la corrupción es rampante, sistémica y profundamente enraizada tanto en el extranjero como acá en Estados Unidos", dijo a través de un comunicado la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch.

"Abarca al menos dos generaciones de funcionarios del fútbol que, como se les acusa, han abusado de sus posiciones de confianza para quedarse con millones de dólares en sobornos y dádivas", afirmó.

La FIFA recauda miles de millones de dólares en ingresos, principalmente a través de patrocinios y derechos de transmisión de los Mundiales por televisión.

En particular, la entidad fue fuertemente criticada por otorgar el Mundial de 2022 a Qatar, un pequeño país desértico sin una tradición local en fútbol.

La FIFA se vio forzada a admitir que Qatar era demasiado caluroso para jugar fútbol en verano, cuando se realiza tradicionalmente la Copa, obligando a reformular horarios para cambiar la fecha.

El mercado de acciones de Qatar cayó con fuerza tras la noticia de la investigación suiza y un funcionario ruso dijo que su país seguirá organizando el Mundial de 2018.

La mayoría de los funcionarios arrestados se encontraban en Suiza para el Congreso de la FIFA, donde Blatter enfrenta la candidatura del príncipe jordano Ali Bin Al Hussein en las elecciones del viernes. Otros candidatos se han retirado de la contienda en días previos.

El príncipe Ali, que prometió que limpiará a la FIFA si es elegido como presidente, calificó lo ocurrido como "un día triste para el fútbol". (D)