Rubén Israel pensó en renunciar a la dirección técnica de Barcelona después de perder en Guayaquil 1-2 contra Atlético Nacional por la Copa Libertadores, pero la confianza demostrada por la hinchada, los jugadores y la dirigencia amarilla lo alentaron a continuar con un “proceso” que espera dure años. Así lo dijo el estratega uruguayo en una entrevista al canal público EcuadorTV.

A lo largo de una hora que duró el diálogo, Israel se quejó de la labor de ciertos periodistas, aunque no citó nombres y matizó que, a su modo de ver, el equipo amarillo genera “más noticia cuando se comenta algo malo, que bueno”.

Puso como ejemplo que tras el triunfo 2-0 conseguido ante el Deportivo Cuenca, el primero del equipo amarillo en un mes, a él le consultaron en la rueda de prensa por qué los jugadores no fueron a abrazar a Marlon De Jesús, autor del segundo tanto, en lugar de pedirle que a través de los medios explique a los miles de seguidores si acertó o no en la variante cuando reemplazó al delantero argentino Ismael Blanco.

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También que se interprete que algunos jugadores salen molestos cuando son cambiados o que regaña a otros. O que se haya asociado el problema personal que pasó por su hijo con el desempeño del equipo.

Respecto al momento deportivo que vive Barcelona, último en su grupo de la Libertadores y en media tabla en el torneo local, el estratega uruguayo pidió paciencia: “Un equipo que hace tantos cambios en su plantilla necesita tiempo para funcionar. Lo más que uno puede hacer es trabajar muchísimo, confiar en los jugadores que uno trajo y dejar que los partidos vayan transcurriendo”, expresó.

Israel justificó no tener el tiempo suficiente para alistar al equipo de cara al torneo internacional. “La llave nuestra en la Copa es la más complicada porque los tres rivales nuestros tienen equipos consolidados y entrenadores ya trabajando más de dos años seguidos”. Aún así agradeció el apoyo de los hinchas y destacó que un grupo viajará a Colombia para el duelo de vuelta “aún sabiendo que ya casi no tenemos chances”.

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El técnico dijo haber estado consciente de que “era un riesgo” incluir muchos futbolistas nuevos, pero “las circunstancias hicieron que tuviéramos que cambiar a varios, por contratos, rendimiento y actitud de cada uno”, explicó.

“Cuando llegamos a Barcelona (el 29 de mayo del 2014), el equipo que terminó siendo campeón de la segunda etapa, fue uno que prácticamente no era el mismo que estaba en cancha cuando yo llegué. (Franco) Peppino no era titular, Michael Jackson Quiñónez, Pedro Pablo Velasco, Giovanny Nazareno, Álex Bolaños no estaban en el equipo titular (del hasta entonces técnico Carlos Ischia), el Chivo Cristian Suárez no estaba jugando por lesión. A Blanco y al hondureño (Mario) Martínez lo trajimos nosotros”, recordó.

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“Prácticamente reincorporamos un plantel que estaba dentro del plantel. En las primeras fechas no anduvo, empató y perdió, pero después empezó a andar (hasta llegar a la final)”, prosiguió Israel, poniendo eso como sustento de que puede sacar adelante a un equipo con nuevos elementos, todos ellos, aseguró, solicitados por él.

Al ser consultado sobre cuando empezará a jugar bien su equipo, Israel respondió: “Barcelona ya le ganó 2-0 el otro día al Cuenca; perdió en los descuentos con el Atlético Nacional, vicecampeón de la Sudamericana, aunque no es consuelo, entonces debió hacer algo mejor que cuando perdió con El Nacional en Quito 0-1. La mejoría es un proceso, una evolución. Y para eso trabajamos día a día”, aseguró. “Los jugadores intentan hacer lo que entrenamos, pero el rival también juega y no siempre te permite hacer lo planeado”. (D)

El efecto Barcelona es más multiplicador cuando se critica y se inventa, que cuando se analiza y se dice la verdad.Rubén Israel, DT de Barcelona