Para Gabriela Sabatini, bajo esas circunstancias, la reacción fue de pura solidaridad hacia una colega tenista.

Luego de que Monica Seles fue apuñalada en la espalda por un individuo –fanático obsesionado con Steffi Graf– que irrumpió en el torneo de Hamburgo (30 de abril de 1993), varias jugadoras WTA se reunieron para decidir si se congelaba el ranking de la serbia mientras ella se recuperaba.

Sabatini la apoyó. “Fue algo que le pudo haber ocurrido a cualquiera. Fue algo muy feo. Tomé la decisión como persona. Me puse en su lugar”.

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Hasta hoy, Seles está profundamente agradecida hacia la argentina: “Pensó primero como persona antes que el dinero, patrocinios o el ranking”.

Ese capítulo forma parte de la historia que comparten Sabatini y Seles, que el 10 de marzo disputarán una exhibición a un set en el Madison Square Garden como parte del Día Mundial del Tenis.

Se encontrarán 25 años después en el mismo escenario de Nueva York donde protagonizaron la final del Masters (1990), ganada por Seles.

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Las dos se están preparando. “Hace tres meses que estoy jugando al tenis todos los días, lo que no hacía hace mucho tiempo”, dijo Sabatini de 44 años.

“Ha sido un shock físico volver a jugar singles”, reconoció Seles, de 41 años. “Es un golpe al ego entender que no puedo hacer las mismas cosas que hace 10 años”, comentó. (D)