Tras terminar Barcelona y Everest en la cima de la tabla de posiciones, con 14 puntos cada uno –en las ocho jornadas que comprendió el campeonato nacional de 1962– fue necesario un compromiso de desempate para conocer al monarca.

El reglamento del torneo establecía que amarillos y rojos debían “jugar un partido adicional para definir el título. Si el encuentro terminara igualado después de los 90 minutos reglamentarios, pues no habrá tiempo extra, se declarará campeón al equipo que tenga mejor promedio de goles”.

Ese último aspecto beneficiaba a los everianos, que con 20 goles a favor y 5 en contra tenían una diferencia de más 15. Los toreros completaban más 13 (20 a favor y 7 en contra).

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El duelo por la corona se cumplió el 13 de enero de 1963 y EL UNIVERSO, en el análisis de los protagonistas, calificó a Everest como el más opcionado: “Se ha reflejado como una fuerza poderosa, de regular funcionamiento, de buena táctica, de grandes valores humanos que aunque no suenan a cracks saben trabajar mancomunadamente, con decisión”.

Y respecto al hecho de enfrentar a un adversario con mayor hinchada se indicó: “Otra ventaja tiene Everest que puede ser determinante en el partido final: tiene extraordinario físico y sabe comportarse, sin perder la línea, pese a los gritos de la barra contraria”.

La expectativa la reflejó EL UNIVERSO: “La afición porteña y de todo el país muestra apasionamiento por el formidable choque entre los colosos”.

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Dirigido por el árbitro peruano Arturo Yamasaki el juego comenzó con ventaja para Barcelona, con gol del brasileño Iris (5m), pero igualó definitivamente Galo Pinto (30m) con “un violento disparo, alto y cruzado, que se anidó en el ángulo superior izquierdo del arco de Alfredo Bonnard”.

En la reseña se destacó a Hugo Mejía, quien aseguró la consagración “con tres voladas sensacionales, y el empuje de todos sus compañeros para sostener el empate”. Fue, para Everest, “la mayor satisfacción de su vida deportiva”. (D)

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El Ciclón Rojo
El equipo ‘baisano’

Alberto Spencer
Los futbolistas de Everest, minutos después de ganar el título de 1962, le dedicaron su éxito a Alberto Spencer, quien brillaba en Peñarol de Uruguay. Cabeza Mágica surgió del club rojo y su hermano Jorge fue parte del vencedor.

El entrenador
El argentino Mariano Larraza, que en 1961 hizo campeón nacional a Emelec, condujo a los rojos a su único título.

1983
Ese año fue el último que jugó Everest en la serie A. Bajó y no regresó y desde hace décadas participa sin trascender en los torneos de la segunda división de Guayas.

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1960
Campeón de Guayas

El Círculo Deportivo Everest logró un título antes del ganado en 1962, a nivel nacional. En 1960 se coronó monarca de Guayas. El técnico era Jorge Chompi Henríques.

0 derrotas everianas
El primer monarca invicto de Ecuador fue Everest. Su campaña (incluido el juego extra con Barcelona) fue de seis victorias y tres empates. Completó 15 unidades.