Tres de los cuatro peloteros elegidos para el Salón de la Fama de las Grandes Ligas son lanzadores y, según estadísticas, la temporada del 2014 del béisbol de Estados Unidos tuvo como característica especial la supremacía de los serpentineros. Es una señal inequívoca de que estamos en plena era del dominio de los pitchers.

Desde el arranque de la campaña pasada hasta el último out en octubre anterior, la labor de los lanzadores fue suprema y tuvo el actor más notable en Madison Bumgarner al escribir una de las páginas más brillantes en la historia de la Serie Mundial. Fue designado el jugador más valioso al ganar dos partidos y tener un relevo soberbio en el último y séptimo juego que le dio el banderín de campeones a los Gigantes de San Francisco.

Es que los lanzadores han sido los dominantes en los últimos años, según estadísticas. Revisemos la última temporada en el que se registró el menor número de carreras permitidas desde 1981, lo que derivó el más bajo promedio colectivo de efectividad. Fue la mayor cantidad de ponches propinados, la menor cantidad de bases por bolas otorgadas desde 1968, y la marca más baja de promedio de bateo de los bateadores rivales desde 1972.

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Aunque no llegó con su equipo a la Serie Mundial estuvieron muy cerca los Dodgers de Los Ángeles con su lanzador estrella Clayton Kershaw, ganador del famoso trofeo Cy Youg. Además, resultó jugador más valioso de la Liga Nacional y hay que agregarle uno de los partidos sin hit ni carreras (fueron cinco en el 2014). Los otros que consiguieron actuaciones similares fueron Josh Beckett, también de los Dodgers; Tim Lincecum, de los Gigantes; Cole Hamels, de los Filis; Jordan Zimmermann, que logró el primero para los Nacionales de Washington en el último día de la temporada regular.

En la Liga Americana el ganador del Cy Young fue Corey Kluber, quien remató con 18 victorias, efectividad de 2.44 y recetó 269 ponches y es ahora el cuarto en los recientes 25 años.

Dentro de los elegidos para el llamado Callejón de la inmortalidad están los lanzadores Randy Johnson, quien tuvo 303 victorias con promedio de efectividad de 3.27 y ponchó a 4.875. También será elevado John Smoltz, de los Bravos de Atlanta, que agregó 200 victorias, promedió 3.26 de efectividad y 3.011 ponches. Y el dominicano Pedro Martínez, que llegó a 219 juegos ganados, 2.93 de carreras limpias permitidas en cada nueve episodios y 3.154 ponches.

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El cuarto elegido este año por la Asociación de escritores de Béisbol de Americana, y que será inducido en ceremonia especial el 26 de julio, fue Craig Biggio, llamado la máquina de batear dobles. Él tiene el mérito de haber jugado en un solo equipo que fue los Astros de Houston.

El primer dominicano en ser elegido fue Juan Marichal, otro lanzador que la mayor parte de su carrera defendió los colores de los Gigantes de San Francisco. A Marichal, quien siempre tenemos el gusto de saludarlo y conversar en las serie mundiales.

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Pedro Martínez inició su formación como profesional en el campo Las Palmas, de los Dodgers, cerca de Santo Domingo. En ese mismo lugar en el que estuvo el ecuatoriano Alfredo Molina, quien fue firmado como profesional por Camilo Pascual; ese es un tema que trataremos a fondo en otra oportunidad.

Uno de los grandes méritos de estos tres lanzadores fue que se encontraron forma de brillar en la época de bateo poderoso en la que beisbolistas llegaron a sumar 40 y 50 jonrones en cada temporada. Eso confirma sus indiscutibles méritos para estar ahora en el Salón de la Fama. (O)

El cuarto elegido al Salón de la Fama fue Craig Biggio, llamado la Máquina de Batear Dobles. Tiene el mérito de haber jugado solo en los Astros de Houston.