Brasil explotó de alegría cuando el palo repelió el último tiro chileno en la tanda de penales, con el que los hinchas ponían fin a casi tres horas de sufrimiento frente al televisor, ya que la selección anfitriona estuvo a punto de quedar eliminada en octavos del Mundial.

Los palos y las proezas del golero Julio César pusieron ayer a un desdibujado Brasil en los cuartos de final de su Mundial a costa de Chile, al que ganó por penales luego de que el partido quedara empatado a 1, para avanzar a un duelo complicado con Colombia (el 4 de julio), que ayer ganó 2-0 a Uruguay.

Julio César, que previamente había tapado un remate a quemarropa a Charles Aránguiz durante el tiempo reglamentario, se vistió de héroe al detener los dos primeros penales de Chile, ejecutados por Mauricio Pinilla y Alexis Sánchez. Pero luego de cuatro remates la serie estaba empatada 2-2, ya que el chileno Claudio Bravo le había parado su tiro a Hulk y Willian había rematado desviado. Neymar anotó entonces por Brasil y el tiro de Gonzalo Jara fue devuelto por un poste.

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Fue la segunda vez que los maderos salieron en ayuda de Brasil, ya que sobre el final del alargue un bombazo de Pinilla se había estrellado en el palo.

“Hace cuatro años atrás di una entrevista muy triste, conmovido, emocionado, pero ahora estoy llorando de felicidad”, dijo Julio César aludiendo a la eliminación en cuartos de final ante Holanda (en Sudáfrica 2010).

En un partido muy intenso, con más marca que juego, David Luiz puso a los dueños de casa arriba en el marcador a los 17 minutos y Sánchez empató a los 31m.

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La marca asfixiante y un impresionante despliegue físico de los chilenos maniataron a Brasil y por momentos dio la impresión de que los visitantes lograrían la hazaña de eliminar al dueño de casa, que busca su sexto título en la fiesta que organiza.