Alemania empató (2-2) ayer ante Ghana en un choque equilibrado y abierto hasta el final y tendrá que esperar a su próximo partido ante Estados Unidos para definir el pase a octavos de final en el Mundial.

Mario Götze (51 minutos) adelantó a los alemanes, pero Ghana remontó con tantos de Jordan Ayew (54m) y Samoah Gyan (63m). El empate definitivo llegó gracias a un recién ingresado Miroslav Klose (71m).

El técnico Kwesi Appiah sacó un equipo valiente que sorprendió presionando muy arriba y buscando siempre la portería de Manuel Neuer.

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Alemania luchó por imponer el juego que había funcionado ante Portugal: control en el medio campo y aceleración de Götze y Mesut Özil ante el área rival para el último toque de Thomas Müller.

Una molestia física hizo que Joachim Löw cambiara en el segundo tiempo a Jérome Boateng. Al igual que en Sudáfrica 2010, el defensor protagonizó un inusual duelo entre hermanos ante Kevin-Prince, que optó por jugar para Ghana pese a haber nacido en Alemania.

El segundo tiempo reflejó desde el inicio el equilibrio del partido. Alemania golpeó primero por medio de Götze, que ganó la posición a un defensor y conectó primero con la cabeza y luego con la rodilla un centro de Müller desde la derecha en el minuto 51.

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La respuesta de Ghana tardó tres minutos en llegar con un gol idéntico al alemán pero en la otra área: el centro fue esta vez de Atsu y el cabezazo –imparable para Neuer– de Ayew.

Pero los africanos querían más y se hicieron dueños del partido ante una Alemania golpeada. Una pérdida de balón de los germanos dejó a Gyan solo ante Neuer y el delantero fusiló al arquero y puso el 1-2.

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Obligado a cambiar la tónica, Löw metió a Bastian Schweinsteiger por Sami Khedira y a Miroslav Klose por Götze.

Los cambios tuvieron efecto: Höwedes peinó un córner en el área y Klose apareció en el segundo palo para poner el 2-2.