Enner Valencia, estrella del Pachuca, se ha convertido en el hijo predilecto de su natal Ricaurte, cerca a San Lorenzo. La razón es más que futbolera: el goleador del fútbol de México ayuda a la gente de su pueblo con víveres, ropa e implementos deportivos.

Según Remberto Valencia, su hijo Enner tuvo amor al fútbol desde pequeño. “Él cumplía con sus tareas (ordeñar vacas, cargar productos de la finca, sacar agua de la canoa), llegaba de la escuela, no comía y salía corriendo a la cancha a jugar”, recuerda el progenitor, quien revela que no creía que su hijo llegara lejos en el deporte.

Para Enner, la pasión por el balompié no era solo practicarlo, también verlo. Su tía Rosilda recuerda que cuando el exfutbolista de Emelec tenía 9 años le desconectó del único enchufe la máquina de coser para ver un partido de Barcelona y dieron un flash informativo: había fallecido Otilino Tenorio, con quien la unían lazos familiares. “Gracias a su travesura nos enteramos de su muerte”, recuerda la tía del goleador.

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Por seguir su destino futbolístico, Enner abandonó a su familia a los 10 años y viajó a Sucumbíos, por recomendación de Alfredo Orellana y Pedro Pablo Papi Perlaza, quienes luego lo enviaron a Barcelona, pero allí les dijeron que no había cupo y Emelec lo acogió.

La familia de Enner (quien iba a llamarse Erick, pero no aceptaron el nombre en el Registro Civil de Esmeraldas) se reúne hoy para ver el debut ante Suiza, a la espera de uno o varios goles de Valencia (GMC).

Es una alegría y un orgullo para mí, para la familia y el pueblo entero que mi hijo nos represente (en el Mundial 2014).Remberto Valencia Padre de Enner