Andamios, máquinas que van y vienen, obreros que trabajan a destajo, actividad frenética. En el Arena Corinthians de Sao Paulo se apuran los minutos antes de la inauguración del Mundial 2014, mañana, “con muchas cosas aún por terminar”.

Así lo aseguran algunos de los 300 obreros que, en turnos de hasta doce horas, mañana, tarde y noche, se apresuran a finalizar lo que los responsables sin casco llaman “los últimos retoques” antes de que Brasil y Croacia abran en el Itaquerao, como se conoce popularmente al estadio, la fiesta del fútbol.

“¿Detalles? No son solo detalles, quedan muchas cosas por hacer: el mobiliario de los vestuarios, por ejemplo, está aún embalado y por montar”, apunta Jenio, responsable de un grupo de tres trabajadores que se ocupan de la parte eléctrica de un sector del escenario, y afirma tener ciertas dudas sobre su perfecto estado para mañana. “Creo que la parte interna del estadio se acabará a tiempo. La externa, en cambio...”, duda.

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En el exterior, Leonardo y Anderson se toman un respiro después de casi diez horas de trabajo. Montan a contra reloj el acceso elevado entre uno de los estacionamientos y el Arena Corinthians. “Es el acceso para los VIP”, aclara Anderson. Tendría que estar acabado, pero tampoco lo está. “No aguanto más la presión. Nos presionan más que una suegra para que uno se case con su hija”, revela el trabajador en tono jocoso.

Unos 500 metros más abajo se ven máquinas removiendo la tierra y obreros colocando bloques de hormigón para adecentar un entorno en el que aparecen árboles plantados hace poco y nuevas señalizaciones.

“Falta aún algún asiento por colocar, acabar de limpiar y muchas otras cositas”, desliza un obrero que guarda su nombre.

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A decir de los trabajadores, los avances han sido muy notables. Pero en las últimas horas, la actividad es frenética.

Copa del Mundo
algunos detalles

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Dinero del Estado
La inversión para la construcción del polémico estadio salió, en un alto porcentaje, de las arcas públicas.

Cosas listas
La cancha del escenario se ve en perfecto estado, los espacios para periodistas, fotógrafos y cámaras están listos.

El supervisor
“Es difícil construir un estadio. Hay 300 empleados por día trabajando 24 horas para terminar las obras”, contó Oswaldo, supervisor de los trabajos en el inmueble.