El juego de ayer entre El Nacional y Barcelona marcó la pauta de lo que será a lo largo de este torneo la fiesta del fútbol en el país.Este partido fue el primero considerado de riesgo en jugarse en el estadio Olímpico Atahualpa, que desde el 21 de enero pasado no cuenta con las mallas de seguridad que separaban el campo de juego de los graderíos.

Con una concurrencia de unos 30.000 aficionados, el Atahualpa y la hinchada pasaron la prueba al no registrarse incidentes en graderíos, cancha, ni entre los protagonistas del cotejo.